Vecinas ayudan a otras vecinas
Visitas puerta a puerta, charlas, puntos fijos para guiar o acompañamiento. Estas son algunas de las tareas de las Promotoras de Derechos, que son parte de la iniciativa Warmi, que impulsa la Prefectura de Pichincha.
Son vecinas que ayudan a mujeres en los barrios. Maritza Rodríguez es una de ellas. Haber visto la violencia de cerca es una de sus motivaciones para recorrer La Roldós y La Leticia, en el norte de Quito. La consigna: evitar que esta siga siendo parte de la vida de las mujeres.
Y no es para menos. Como detalla Lorena Herrera, directora de Igualdad de Género de la Prefectura, los datos del INEC dan cuenta de que seis de cada 10 mujeres en el país son víctimas de violencia.
Pichincha es la tercera provincia con más casos en el ámbito laboral. Y ni se diga los femicidios. En el 2020, se registraron 20, de 118 en el país. Y en lo que va del 2021, ya son 17.
Esos datos motivan más a las Promotoras. De ahí que Rodríguez y sus compañeras, quienes primero pasaron por una capacitación, guían a mujeres víctimas de maltrato para que sepan que hay manos amigas, como Warmi. Desde allí se proporciona ayuda legal, psicológica y hasta opciones para emprender una fuente de ingresos.
Rodríguez, de 45 años, incluso, impulsa una propuesta con sus cinco hijos: una organización con actividades deportivas y artísticas para también incidir en la prevención de violencia.
Ella cree que, además de dirigirse a las mujeres, es primordial llegar con el mensaje en contra de la violencia a los hombres, los potenciales agresores.
Según la Prefectura, 115 mujeres emprendieron el curso de Promotoras de Derechos (40 horas). 73 concluyeron el proceso.
Actualmente, 45 de ellas están en capacitación para ser formadoras de Promotoras, para que cada parroquia y comunidad (con altos índices de violencia) tenga una vecina líder contra este gran problema.
Luz (nombre cambiado) vivió de frente el maltrato, por casi nueve años. Da un mensaje contundente: “No tolerar ninguna clase de violencia”.
La mujer de 41 años recuerda que el padre de sus dos retoños la golpeaba, la insultaba y más. Da fe de que salir de ese círculo de violencia no es fácil y más aún con “un sistema judicial que no apoya”.
Ella se separó del hombre en el 2018. Pero el maltrato continuó, con llamadas, amenazas e insultos. Llegó hasta regalarle a su hija mayor un dispositivo que contenía pornografía. Su pequeña hasta habló de un posible suicidio.
Encontraron a Warmi y a otras mujeres para apoyarse. Ella invita a las mujeres a llamar a la línea gratuita 166 y empezar a cambiar el rumbo de sus vidas.
Esa es la meta, recalca Herrera: que las mujeres estén libres de violencia al igual que el resto de la familia.
Actualmente, están habilitados cuatro centros Warmi Pichincha: Plaza de la República, Calderón, Conocoto y Alangasí. Y hay una buena nueva: está por abrirse uno en Los Bancos, el 23 de noviembre.
Y ahí no queda la cosa. Con miras al Día de la no violencia contra las mujeres, que se conmemorará en Quitumbe el 25 de este mes, se arrancará el Servicio Warmi Móvil.
La idea es llegar a todos los rincones de la provincia, con ayuda psicológica, para incluso guiar a las mujeres para fortalecer su autonomía económica. También se organizan capacitaciones para hombres.
