La pandemia afectó a los negocios de La Ronda
La Ronda es una de las zonas más turísticas de Quito y, al mismo tiempo, una de las más afectadas por la pandemia del covid-19.
Sus calles, antes llenas de turistas, ahora lucen vacías pese a que sus negocios poco a poco están volviendo a abrir sus puertas.
Edwin García, propietario de la heladería Dulce Jesús Mío, cuenta que esta ha sido la época en la que ha tenido las ventas más bajas desde que abrió su negocio, hace ocho años. Además, ha visto cómo otros negocios que se ubicaban en esta calle han quebrado o se han mudado a otro sector.
Tras casi tres meses de paralización de actividades, García abrió nuevamente su heladería cuando empezó a funcionar el semáforo amarillo. Aunque desde antes ya contaban con medidas de bioseguridad, ahora las han reforzado.
En el local se mantienen las ventas abiertas y se han asegurado de que los clientes respeten el distanciamiento social. Todos los empleados utilizan mascarilla, cubren su cabello con una malla y el alcohol está al alcance de todos.
Esta semana, cuenta, empezó a ver más movimiento en el sector, sobre todo por la apertura del parqueadero municipal. García cree que tomará algún tiempo hasta que las personas regresen a esta zona y dejen de lado su miedo al virus.
“Jamás nos imaginamos algo así”, dice el propietario de este local que ofrece helados de paila tradicionales, para veganos y para diabéticos. Recuerda, este 2020 se veía prometedor. Enero y febrero hubo un gran flujo de turistas, pero en marzo todo cambió.
Durante los viernes, sábados y domingos, los restaurantes y bares de La Ronda recibían a una gran cantidad de grupos. Muchos locales se concentraban en atender en la noche, pero ahora deben cerrar a las 21:00.
En este Día del Padre, el restaurante Leña Quiteña fue el único de la calle que abrió durante la mañana, a diferencia de otros años, en los que La Ronda era uno de los sectores más frecuentados durante estos días.
María Flores, encargada de la cocina de Leña Quiteña, explica que este restaurante abrió sus puertas el viernes. A diferencia del primer día, el sábado ya hubo más movimiento y por eso decidieron atender ayer. En este sitio se ofrecen platos típicos como cuy, encebollado y seco de chivo, siempre respetando las normas de bioseguridad.
Los propietarios de los negocios esperan que poco a poco las personas vuelvan a visitarlos. Otra de las preocupaciones es la inseguridad en la zona.
