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Futbolero
16 de abril de 2019 15:13

Javier Rodríguez sabe de romerías a mundiales con selecciones juveniles

El técnico Javier Rodríguez junto a su hijo Bryan, en un amistoso de la Tricolor en el 2011. Foto: archivo / ÚN

El técnico Javier Rodríguez junto a su hijo Bryan, en un amistoso de la Tricolor en el 2011. Foto: archivo / ÚN

Mauricio Bayas
(D)

Javier Rodríguez, el entrenador de la Selección Sub 17 de Ecuador, no llegó con la delegación mundialista. Ayer, 15 de abril del 2019, el ‘profe’ cumplió un ritual, que fue como una promesa: volver a Guayaquil en bus si lograba clasificarse a su cuarto mundial.

22 horas de viaje desde Lima hasta el Puerto Principal en bus fue una especie de agradecimiento por otro logro más en su carrera.

Rodríguez es de esos entrenadores de carácter difícil. En el 2017, por ejemplo, cuando se clasificó al Mundial con la Selección Sub 20, decidió regresar caminando del estadio Atahualpa a la concentración en la Casa de la Selección.

El DT siempre prefiere estar perfil bajo en los festejos en los momentos de alegría. “Tiene un carácter duro, pero siempre es cariñoso. Hablamos y le felicité por haber llegado a su cuarto mundial. Es un apasionado de los sistemas tácticos en el fútbol”, contó Bryan Rodríguez, uno de los cuatro hijos del técnico guayaquileño.

El DT, de 55 años, es un personaje al que no le gustan las cámaras. Así fue desde cuando empezó en las formativas de Emelec. Humberto Pizarro, amigo del DT y compañero cuando estuvo en filas del ‘Bombillo’, cuenta que tiene una colección impresionante de libros de fútbol. En cada viaje siempre colecciona material para estudiar los sistemas.

También siempre tuvo esa faceta de comerciante. Es de esos entrenadores que, por ejemplo, en un viaje a Paraguay compraba relojes y luego los vendía en la bahía. Era frecuente verlo en su época de estudiante caminando por el Puerto Marítimo vendiendo cosas. Con sus ingresos compraba mercadería y luego la vendía.

Aunque pasó por las aulas de la facultad de Arquitectura y era un apasionado por las matemáticas, se graduó en Educación Física en la Universidad de Guayaquil. Allí obtuvo una licenciatura.

En 1995 llegó a dirigir las inferiores de Emelec y en los torneos juveniles sus equipos siempre se destacaron por el buen trato de la pelota. “No recibía sueldo y amaba su trabajo como entrenador”, manifiesta Pizarro.

Logró un título con la Sub 20 de Emelec y en el 2005 recibió una oferta para entrar a trabajar en la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF). Empezó como asistente técnico de Homero Mistral Valencia en la Sub 15. Después ya recibió la confianza de manejar una Selección y llevó a Ecuador al Mundial de México en el 2011.

Fue estudiando más aspectos técnicos como la preparación física, el manejo de grupos y aspectos de sicología. Hizo cursos FIFA y se capacitó en temas de táctica en el fútbol.

Una de las anécdotas más recordadas por el técnico guayaquileño fue lo ocurrido en el 2011. En el Sudamericano, que se jugaba en el país, castigó a un tal Júnior Sornoza porque jugaba Play Station pasadas las 00:00. Sornoza tuvo un incidente con sus compañeros Luis Batioja, Cristhian Ramírez y Carlos Gruezo. A los cuatro los persiguió por la concentración con un cable en la mano para castigar por el acto disciplinario en la Tri.

Así ha ido aprendiendo a manejar a los pelados. Es estricto en el manejo de los celulares. Joan López, el golero de la Selección Sub 17 que se clasificó al Mundial, contaba ayer a su llegada que el estratega siempre fue estricto con el uso de tecnología.

Uno de los episodios que más le marcó al estratega en su carrera en selecciones fue cuando en su primer Mundial Sub 17 jugado en Colombia cayó goleado en el debut ante Alemania.

Hasta el minuto 70 Ecuador empataba 1-1, pero en menos de 15 minutos recibió cinco tantos más y perdió 6-1 de forma escandalosa. Allí fue duramente criticado y aprendió que lo más importante con las selecciones juveniles es tratar de evitar los golpes anímicos.

Eso hizo en el último Sudamericano en Perú. En el hexagonal final del Sudamericano sostuvo al equipo hasta la última fecha y consiguió el milagro de llevar a Ecuador al quinto Mundial en esta categoría. Hizo el milagro de ganar a Argentina con tres goles de diferencia (4-1) y matriculó a la Tri en el Mundial de Brasil.