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8 de julio de 2019 09:24

‘Guagüitos’ laboran en ‘zona azul’ de la Mariscal

Marcelo Carrasco mientras cobra a un conductor por el uso de la zona azul. Foto: Julio Estrella / ÚN

Marcelo Carrasco mientras cobra a un conductor por el uso de la zona azul. Foto: Julio Estrella / ÚN

Edwin Encalada

Antes de que el reloj marque las 18:00, Marcelo Carrasco revisa los tiquetes de los vehículos ya estacionados en la calle Wilson, entre 6 de Diciembre y Reina Victoria.

Él hace esa actividad para verificar si cumplen o no con el pago de 80 centavitos por hora o fracción en la zona de estacionamiento de La Mariscal, en el centro norte de la capital.

Luego alista su máquina de tiquetes, revisa que todo esté en orden.

Con silbidos alertaba a los conductores sobre los lugares que están disponibles en los espacios a su cargo.

Unos metros detrás de él está David Verdezoto, encargado de 16 plazas de parqueo en la calle Wilson, entre Juan León Mera y Reina Victoria. El joven presuroso corre de un lado a otro para que los conductores no se vayan sin pagar.
Tanto Verdezoto como Carrasco tienen 21 años y ambos viven en Guamaní.

Los dos están encargados de vigilar el cobro el Sistema de Estacionamiento Rotativo Tarifado (Sert), también conocido como zonal azul, desde el pasado miércoles, 3 de julio del 2019, en las noches.

La tarifa de 80 centavos aplica desde las 18:00 hasta las 02:00. Las personas de la tercera edad o que tengan algún tipo de discapacidad no pagarán nada, siempre y cuando presenten su cédula o su carné del Conadis.

El plan tarifado rige en un perímetro de 33 cuadras, comprendido entre las avenidas Colón, Veintimilla, Amazonas y 6 de Diciembre. En el sector se cambió la señalética para informar sobre el nuevo sistema nocturno de estacionamiento en La Mariscal, cuya capacidad actual es de 294 plazas.

Las personas que no paguen el valor por hora, alteren el tiquete o no lo coloquen en un lugar visible, deben pagar una multa equivalente al 5% de la remuneración básica unificada (USD 19,70).

Si no se cancela en un plazo de cinco días, la multa subirá al 8% (USD 31,52).
Verdezoto y Carrasco forman parte de un grupo de 20 personas que cumplen con esta función.

La mayoría son jóvenes y viven en el sur de Quito. Ese grupo estará laborando en el sector de martes a sábado, mientras que los domingos y lunes son sus días de descanso.

Ellos tienen contacto directo con el personal de la Policía Nacional que está asignado al sector para precautelar la seguridad de los vehículos y transeúntes de esta zona comercial.

Ellos visten a diario un chaleco azul con vivos grises con mangas reflectivas, una gorra de color azul, credencial de identificación y portan máquinas expendedoras de tiquetes.

Para soportar el frío quiteño que en aquella noche osciló entre los 8 y 11°C, algunos optaron por llevar una chompa que la usan debajo de su uniforme, además de botas de caña alta.

Esbozando una sonrisa mientras una corriente gélida que venía de la calle Diego de Almagro lo golpeaba, Carrasco dijo que hay poco movimiento en el lugar en estos días. Cree que la época de vacaciones no ayuda a que las personas acudan a los centros de diversión nocturna y opten por ir a destinos fuera de la ciudad.
“La playa debe ser el principal pretexto para no visitar los sitios de diversión de la Foch”, menciona mientras se frota sus manos.

Una vez terminada su jornada laboral en este sector -alrededor de las 03:00- retornan a sus domicilios en taxis, pero se van en grupos para abaratar los costos de transporte.