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En Las Aulas
24 de junio de 2020 15:40

El lenguaje inclusivo se aprende en casa

Lo que los niños y adolescentes escuchen decir en sus hogares será lo que repitan cuando estén en otros ambientes. Mucho ojo. Foto: Archivo

Lo que los niños y adolescentes escuchen decir en sus hogares será lo que repitan cuando estén en otros ambientes. Mucho ojo. Foto: Archivo

Redacción En las Aulas (I)

En este tiempo en que los niños y adolescentes pasan mucho tiempo en casa, los adultos a cargo son más que nunca responsables, además del avance en los contenidos académicos, de los valores que los llevarán a comportarse de una forma adecuada cuando vuelvan a relacionarse con gente ajena a su casa.

En este sentido, la herramienta adecuada es el ejemplo. No es posible que ellos crezcan sin actitudes machistas, racistas o xenofóbicas si escuchan continuamente en su hogar palabras de burla o desprecio hacia personas de una etnia diferente, el género femenino o las personas que viven en el extranjero. Póngase la mano en el corazón, ¿cuándo fue la última vez que dijo que las personas llegadas de tal o cual país son las causantes de los problemas, o que son delincuentes?

La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) recomienda hacer un uso adecuado del lenguaje, para que se convierta en una costumbre que los chicos pongan en práctica en todos los ámbitos donde se desenvuelvan. Aconseja no utilizar el masculino genérico para referirse a la situación que vive alguien, sino enfatizar su condición de persona. Es decir, no es aconsejable decir ‘el refugiado’, sino ‘la persona refugiada’, ‘la persona solicitante de asilo’.

Otra forma muy importante de enseñar es permitir que los niños sean libres de elegir los juguetes y actividades que más les interesen, sin poner ningún reparo en que hay ‘cosas de niños’ y ‘cosas de niñas’. A partir de ahí se crean diferencias, que a la larga resultan en prácticas que discriminan a un género u otro. En casa es donde se aprende a hablar... bien.

Normas de hablar mejor
‘Las mujeres y los hombres jóvenes’ puede reemplazarse por ‘las personas jóvenes’ o ‘la población joven. Es muy importante fomentar la idea de colectividad.
En lugar de referirse al ‘Director’ o ‘Directora’, hablemos de ‘la persona que ocupa la Dirección’. El individuo es más importante que cualquier cargo.

Es muy importante evitar los calificativos que generalicen. Una persona puede ser ociosa, pero no toda su comunidad lo es.

Los niños deben aprender que toda persona mayor merece el título de señor, señora o señorita, sin importar si barre las calles.

En caso de que convivan varios chicos en casa, se debe inculcar que hasta el más pequeño merece ser tratado con respeto.

Igualmente resulta fundamental que los niños y niñas aprendan a hacerse respetar, y a que nadie los trate mal por ser pequeños.