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9 de marzo de 2017 16:22

Una ruta por 11 comunas afros

El viaje turístico se realiza en canoas que también se usan para las faenas de pesca. Foto: Marcel Bonilla / ÚN

El viaje turístico se realiza en canoas que también se usan para las faenas de pesca. Foto: Marcel Bonilla / ÚN

Marcelo Bonilla

Los habitantes de 11 comunidades afro que están a orillas del río Santiago, en Eloy Alfaro, norte de la provincia de Esmeraldas, muestran sus costumbres ancestrales a través de una ruta turística.

Las canoas que se usan para navegar por el afluente son fabricadas en los patios de las casas de las comunidades. Su construcción es uno de los atractivos que se muestra a los visitantes.

La travesía se inicia en la población de Selva Alegre y pasa por comunidades como La Alajita, Picadero, Chanusal, Guayabal, Palma Real, Zapote, Playa Nueva, Playa del Tigre, Angostura y Playa de Oro.

Allí se conservan tradiciones como brindar la bala de plátano, plato típico que se prepara sobre una piedra extraída del río; o el dulce caña de azúcar, que se cultiva en los pequeños huertos.

A lo largo del río, los turistas pueden observar las minas de piedras que son arrastradas por la fuerza del río, el cual aumenta su caudal durante el invierno. Algunas piedras se usan para moler hierbas medicinales o como implementos para la cocina.

El uso de la piedra para hacer bocaditos de comida con plátano o dar forma a las bateas de madera -para la extracción artesanal del oro- llama la atención de los viajeros. Las mujeres aún recogen el metal precioso del afluente.

Jacinto Fierro, catedrático de la U. Católica de Esmeraldas, dice que esta forma de presentar las costumbres afroesmeraldeñas enriquece esta ruta y permite conocer más de su cultura.

Lorena Ayoví, habitante de Guayabal, hace demostraciones del uso de estas piedras. Afirma que a los turistas les gusta el sonido que genera cuando se golpea el plátano, mientras preparan las balas.

Los comuneros no solo buscan demostrar su forma de vida, que aún conserva tradiciones ancestrales del pueblo afro. La idea es promover la conservación de los recursos naturales de la zona, afectados por la presencia de las minas.

El agua y la vegetación son las más perjudicadas. “La actividad turística está orientada a generar conciencia entre los habitantes de las poblaciones afros, para recuperar la zonas contaminadas por la minería”, explica Ayoví.

Las expresiones artísticas complementan la ruta. Según Juan Ayoví, de la comunidad Playa de Oro, en ocasiones cantan arrullos y chigualos después de explicar su origen a los turistas.