¡Ojo con la incontinencia!
Cuando una mujer o un hombre tienen ganas de orinar porque tienen la vejiga llena, su organismo envía una señal al cerebro a través del sistema nervioso, que inmediatamente se pone a trabajar para encontrar el lugar idóneo donde hacerlo.
Cuando se llega al inodoro, el cerebro envía una orden a través de la médula espinal para que se contraiga la vejiga y se vacíe el líquido a través de la uretra.
“Si una mujer o un hombre son incapaces de retener la orina hasta llegar al baño, se habla de incontinencia urinaria o pérdida involuntaria de orina”, expone la doctora cirujana Carmen González Enguita.
La inmensa mayoría de los escapes de orina son debidos a la relajación del esfínter, a un daño neurológico -afectación del nervio pélvico- o, lo más habitual, a fallos en los músculos del suelo pélvico, ya sea por un embarazo, parto o la edad menopáusica, a lo que hay que añadir que la uretra femenina es más corta que la uretra del hombre.