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Vida Sana
18 de diciembre de 2018 15:58

El cerebro percibe más rápido la ira que la alegría 

Imagen referencial. Un estudio determinó que está reacción se da con el objetivo de analizar mejor las posibles amenazas. Foto: Pixnio

Imagen referencial. Un estudio determinó que está reacción se da con el objetivo de analizar mejor las posibles amenazas. Foto: Pixnio

Europa Press (I)

El cerebro reacciona “mucho más rápido” ante una voz que se considera amenazante frente a aquellas que se perciben como normales o felices, según investigadores de la Universidad de Ginebra (UNIGE), Suiza.

Estudiaron la actividad cerebral durante el procesamiento de varias voces llamadas emocionales. Se descubrió que la atención que las personas prestan al entorno varía en función de las voces que se escuchan. Si estas son agresivas, el cerebro establece “rápida y claramente” la ubicación de la amenaza potencial.

Este estudio, publicado en la revista ‘Social Cognitive and Afective Neuroscience’, demuestra los recursos que el cerebro aprovecha cuando percibe peligro, desarrollando así un comportamiento de supervivencia adecuado.

El foco de investigación se centró en “las entonaciones de las voces y en cómo el cerebro responde a ellas” porque, “aunque la vista es crítica, no permite una cobertura de 360 grados del espacio circundante”, a diferencia de la audición, explicó Nicolás Burra, parte del grupo de investigación.

Para examinar la respuesta del cerebro a las amenazas en el entorno auditivo, los investigadores escogieron 22 sonidos cortos de voz humana, que eran expresiones neutrales, de rabia o de alegría. Estos sonidos se presentaron a 35 participantes mientras un electroencefalograma (EEG) medía la actividad eléctrica de su cerebro.

Usando datos del EEG, los investigadores examinaron la aparición de un marcador cerebral de atención auditiva llamado N2ac. “Cuando el cerebro percibe un sonido emocional objetivo, la actividad de N2ac se activa después de 200 milisegundos”, sin embargo, “cuando percibe la ira, el N2ac se amplifica y dura más”, explicó el investigador.

Esto sucede porque el cerebro debe analizar por tiempos más largos el sonido amenazante, con el fin de tomar medidas.