La visera de zinc de la tribuna del estadio de Calderón se destruyó. Los culpables fueron los fuertes vientos y las lluvias registrados en esa parroquia, en el extremo norte de Quito.

No hace falta que se vaya a un descampado para que el viento lo envuelva y le deje alborotada la cabellera. Son los vientazos que anuncian que el verano está muy cerquita.

No hay otro tema del que se hable entre los vecinos de San Miguel de Collacoto: el torbellino que se originó en la cancha de fútbol que, cada fin de semana, se llena de jugadores e hinchas.

Los vecinos de los sectores de Marianas, Zavala, San José de Morán y Bellavista están preocupados por los fuertes vientos. Cuentan que los ventarrones destruyeron techos y ventanas de sus inmuebles.

A causa de los fuertes vientos de agosto, un árbol derribó un muro de las calles Wayco y Nicolás Cortez, en La Vicentina, centro-norte de la ciudad. Lorena Loor relata que hace quince días llegó un fuerte ventarrón por lo cual el árbol se fue contra la pared y tras romperla, cayó en el terreno de abajo.

Si las cometas fuesen árboles, agosto sería su tiempo de florecer. El viento y el cielo azul de Quito son ideales para ellas, que nunca se marchitan.

Un torbellino atemorizó a los moradores del barrio José Peralta, ubicado en el sector de Guamaní, sur de Quito, la tarde de ayer, 6 de febrero del 2018.

Dos accidentes por caída de árboles debido a los fuertes vientos se registraron la tarde de este miércoles 26 de julio de 2017. Con estos ya suman 13 los casos en lo que va de la temporada seca, en el Distrito Metropolitano de Quito.

Un árbol cayó sobre una niña de 7 años que se encontraba en una zona de juegos infantiles en el interior de la Embajada de Rusia, localizada en la Reina Victoria y Roca, centro-norte de la capital.

Haga la prueba. Vaya hasta La Morita, en el valle de Tumbaco, con una falda vaporosa y verá que enseguidita la prenda se levanta cual vestido de Marilyn Monroe. Todo por los efectos de los vientos bravos que, desde ya, soporta la capital.