Ecuador no está para sobrarse con nadie. Pero ayer se midió a una limitadísima Bolivia, un equipo sin jerarquía, que solo atinó a defenderse y perseguir sombras.

Como conclusión del Mundial, queda muy claro la importancia de los procesos. En el Mundial, nos dieron una muestra clara de que cuando se confía plenamente en una idea, en un proyecto, en un cuerpo técnico y en un plan -independiente de los resultados- son importante para consolidar lo que se pretende desde un principio.

Este Mundial nos obliga a hablar de los resultados. Han sido sorpresivos, pero a nivel de la afición. A nivel profesional estamos conscientes de que esas situaciones suceden con regularidad. Es muy duro jugar torneos cortos como estos, de alto nivel.