La llamaron Fabiana y llegó destrozada. Su cráneo estaba roto, el ojo izquierdo en muy mal estado, su cara sellada con cemento para construcciones, no podía abrir la boca y con ello le era imposible comer o beber. Era enero del 2019 y la encontraron en el extremo más distante de Colinas del Norte (un sector detrás de El Condado).

Como quien no quiere nada, una perrita mestiza se acurrucó en la puerta de entrada del taller de los ‘langarotes’ de Chiriyacu (calles Alamor y Rafael Arteta).

Romina Sala, hermana del futbolista desaparecido en el Canal de la Mancha, publicó la fotografía de Nala, una perrita de color negro que todos los días se para en la puerta de la vivienda del deportista para esperarlo.

Pasaba encadenada en la terraza de una casa de la avenida La Gasca, en el norte de Quito. Literalmente estaba en huesos. A sus 9 años, la perra bóxer llegó a pesar 5,6 kilos, como si fuera apenas una cachorrita.