La iglesia, el museo, cementerio y convento de El Tejar aún guardan su encanto, por lo que ahora quieren difundirlo con los demás vecinos.

De un tiempo a esta parte, camina con la mirada gacha. Meditabundo, triste, silencioso… William Farinango, uno de los tres sepultureros del cementerio de La Magdalena, en el sur de Quito, ha visto de cerca los horrores que ha dejado la pandemia por el covid-19.

Lucrecia Ávila subió ayer, 15 de octubre del 2019, a media mañana, al cementerio de El Tejar, en el Centro de Quito. Su intención fue visitar a su pariente que, hace varios años, descansa allí. Caminó a paso ligero porque la calle El Retiro, que conecta con el camposanto, es peligrosa.

Cristian estuvo desaparecido desde el 2011. Desde entonces, sus familiares no sabían nada de él. El último dato que tenían era que había desaparecido de una clínica de rehabilitación de estupefacientes, que opera en la parroquia de Tumbaco, oriente de Quito.

En medio de la tristeza por la muerte de su sobrina Diana Carolina, que fue enterrada ayer, 21 de enero del 2019, Mauricio Castro pidió a sus coterráneos que ya no agreguen más dolor a esta historia.

El año en el cementerio de El Tejar empieza con ‘Leyendas nocturnas’, fogata y pistas que descubrir. 50 personas serán parte de esta actividad cultural. Va llegando y va tomando su canelazo.

El cuerpo de una niña de 10 años fue sacado del nicho donde se encontraba sepultada en un cementerio en Archidona, y abandonado en unos matorrales cercanos.

Unos adhesivos con la frase ‘próximo a exhumar’ resaltan en varios nichos del cementerio patrimonial de Tulcán (Carchi).

En un remoto pueblo de Colombia, que inspiró una de las novelas de Gabriel García Márquez, una familia es acusada de tener un pacto con el diablo porque decenas de gatos cuidan el cementerio donde están las tumbas de sus seres queridos.

A través del proyecto Bebés al Cielo, 51 fetos y cadáveres de recién nacidos que fueron hallados en basureros, baños y barrios capitalinos recibieron sepultura la mañana de hoy miércoles 26 de julio, en el Parque Santo Jardines de Santa Rosa, al sur de Quito.