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22 de diciembre de 2016 11:57

Mamás Noel de los barrios

Las tres mujeres son las más entusiastas de sus respectivos barrios. Se juntaron frente al belén del Palacio Municipal. Fotos: Betty Beltrán / ÚN

Las tres mujeres son las más entusiastas de sus respectivos barrios. Se juntaron frente al belén del Palacio Municipal. Fotos: Betty Beltrán / ÚN

Betty Beltrán

Que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha. Esa es la máxima que tienen tres mujeres que en Navidad se desviven por los pobres de sus barriadas. Esa costumbre les llegó desde la cuna, pues sus padres les enseñaron que dar es ganar.
Profetiza Casalitín festeja a 80 niños de la Yaguachi. Cada año suman más, pero “mi Niño me ayuda”, dice.

Solo hay un requisito para recibir, el sábado 24 de diciembre, el juguete, los caramelos y la cena: ir a las novenas y cantar alborozados, desde las 19:00.
Esa costumbre de agasajar a los niños la heredó hace 60 años. Al inicio no eran muchos guambritos, pero ahora toda la barriada sabe que la Navidad se festeja, durante todo el año, en casa de Profetiza.

En el barrio La Tola también hay otra matrona con tremenda generosidad. Blanca de Narváez, como presidente del Grupo María Auxiliadora, trabaja por los niños y personas mayores pobres. Esa tradición viene desde hace 80 años y no quiere que se pierde.

En pasado 24 de diciembre del 2015, entregó a 1 600 personas sus canastas navideñas con 15 productos. También hubo una tarde cultural con pastel. Este año hará lo mismo.

Pero la ayuda es todo el año, de ahí que visita a los enfermos, ayuda a los niños con becas para los colegios. Y a las madres pobres les da el arriendo y la comida.
Otra ‘Mamá Noela’ es Beatriz Yupangui, del barrio La Loma. Reitera que no es ella solita la que ayuda sino todo su grupo de oración que coordina con los padres dominicos de la iglesia de Santo Domingo.

La Navidad, dice, no es pedir sino meditar cuando el Niño Jesús vino a este mundo. Y llegó para darnos paz, amor y humanidad para con los necesitados.

Esas ayudas no solo se deben cubrir en la época de la Navidad sino durante todo el año, dice Beatriz.

Esta mujer, desde guambrita, tuvo una mano generosa. Y todo porque su madre le enseñó ese valor de la entrega y le hizo blandito su corazón y a todo Dios que ve con necesidades le extiende una mano amiga.