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2016-02-27 10:30:44

El centro le inspira

EnEn la pileta del convento de San Francisco, ahu00ed posa Pau00fal Salazar. Foto: Betty Beltru00e1n / u00daN
Carla Sandoval

Del cantadito azuayo no le queda nada. Desde guagua, Paúl Salazar (1970), dejó su natal Sígsig y echó raíces en Quito.Estuvo en la Escuela El Cebollar, luego en el Colegio Mejía, en esas dos etapas fue un alumno medianito nomás. Y encima tímido, tanto que ni siquiera con la jorga de amigos se animó a salir a las manifestaciones que armaban los guambras del 'Patrón'.

Siempre le gustó dibujar y por eso quiso seguir Artes, pero no pudo ingresar a la U, necesitaba trabajar y lo hizo en una cadena de farmacias; allí se inició en la bodega y terminó en el departamento de diseño. En la noche estudiaba; y jamás dejó de hacer sus acuarelas y sus carboncillos.

Posteriormente trabajó en Diario Hoy, pero no como diseñador sino como fotoreportero. A los seis años se independizó y comenzaron a llegar los premios: en el 2008 ganó el Concurso de Fotografía de Patrimonio Cultural. Y hace dos, el segundo lugar en el Concurso de Prensa Católica.

La fotografía es su'?hobby' eterno y tiene la suerte de que le dé el sustento diario. Esa afición le inyecta a Joaquín, su hijo de cuatro años. Alumno aventajado, pues a su tierna edad ya sabe cuáles son las imágenes que a su taita le encantan. La esposa de Paúl, también diseñadora, le acolita en todo.Una especie de embrujo siente cada vez que camina por el Centro Histórico y todo lo que mira lo va diseccionando.

No tiene pausa, desde que amanece hasta que anochece está encuadrando su entorno, buscando una nueva imagen que le mueva el piso a él y a todos los que miran la toma.

En abril se publicará un trabajo que resume una parte de su oficio que realiza hace tiempo.

Con su cámara captó, durante siete años, las imágenes de la novena de La Dolorosa, esos rostros y esas situaciones del Rosario de la Aurora.

Y no es que sea un curuchupa. No. Es un buen católico, pero no tan litúrgico. Aún así, capta aquellas imágenes mágicas y desconocidas de una procesión.

Betty Beltrán (I)