'Vitalina' del teatro

Martha Ormaza Bermeo es una 'mona' vital, dueña de una energía sin límites. Ni la aparición de un cáncer ha mermado su innato optimismo ni sus ganas de vivir.Farrista, malcriada, lenguisuelta y pluma fina, la 'Vitalina' del programa televisivo 'Dejémonos de vainas' es clara, directa y sincera, con una sola excepción: su edad, un secreto guardado bajo siete llaves aunque se la puede deducir cuando afirma que la Juana Guarderas -su colega y pana- aún estaba en el 'kínder' cuando ella ya cursaba el colegio.

Ambas estudiaron en Los Pinos de la capital. Nació en el cantón Alausí de Chimborazo, pero su ajetreado recorrido existencial lo realizó en Quito desde los dos años. Primero en La Alameda, luego en Miraflores, después en la Wilson.

Con sus respectivos periplos sabáticos, como el que realizó de mochilera por toda Europa y cambió su forma de ver el mundo. Entonces dejó su oficina de siete años en el Tribunal Constitucional (es licenciada en Ciencias Públicas y Sociales por la Universidad Central) y escarbó en otros campos.

La casualidad orientó su brújula hacia las artes escénicas. Su jefa y suegra, Rosa María Salcedo, la llevó a que observe una práctica de la obra 'Ojos vacíos de la gente' que montaba Raúl Guarderas. Como no fue una actriz, la subieron a la tarima como reemplazo. Resultó más crack que Messi para el fútbol. Ese fue el inicio de una fructífera carrera en teatro, cine, televisión...Este extenso currículo incluye 'La Marujita se ha muerto con leucemia', de Luis Miguel Campos y, tal vez, la más exitosa obra de teatro, con más de3 000 presentaciones. En ella actúa junto a Juana Guarderas y Elena Torres, y la dirección de Guido Navarro.Ha escrito 15 obras y tuvo una muy comentada columna en la desaparecida revista Vanguardia. En el 2007 obtuvo el premio Francisco Tobar García por su pieza 'El Olimbo' que, según sus propias palabras, es la trastienda del Olimpo.

¿Tareas pendientes? Varias, como el rescate de vivencias y personajes valiosos del Quito ancestral que están ocultos por un velo de olvido, como Isabel de Santiago, hija del famoso pintor colonial y una de las pioneras en la cultura nacional. En eso anda ahora, entre otras cosas.Víctor Vizuete E. (I)

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