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2013-05-20 06:21:18

u00a1Mucho cuidado con el Ciclorrobo!

Contu00f3Contu00f3 que dos hombres le hicieron la conversa para robarle su bicicleta. Foto: UN

Un deportista prestó su bicicleta profesional a un desconocido que se ganó su confianza. Ni él mismo puede creer que su ingenuidad le hiciera caer en el engaño de un astuto ladrón disfrazado de ciclista.Un botellón con agua es lo único que le quedó a Nelson V. El desconocido se llevó su bicicleta con aros valorados en USD 1 300 y con la que participó en unas 200 carreras alrededor del mundo.Nelson tiene 35 años cicleando. En ese tiempo cuenta que nunca le había pasado algo parecido. El deportista prestó su bici a un hombre que se la pidió por un momento para probar sus características.

El desconocido le dijo que solo iba a dar un par de vueltas a la cuadra y regresaba.Esa fue la última vez que vio a su bicicleta. Pero el sospechoso que le robó no actuó solo, su cómplice fue un supuesto ciclista que se presentó como Juan Camilo.

Este lo abordó minutos antes afuera del parque Bicentenario, en el norte, y lo llevó hasta su casa, una en El Batán, con la promesa de regalarle una pañoleta.

Juan Camilo, un falso deportista, de unos 50 años, tez trigueña y de 1,65 m de estatura, se acercó a Nelson con su bicicleta de carreras azul y le hizo la conversa.

Mientras pedaleaban y esquivaban a los autos, Juan Camilo le hizo creer a Nelson que pronto abriría un almacén de ciclismo en la ciudad.

Como tú eres deportista -me dijo- puedes pasar la voz a tus conocidos. Vamos a mi casa, te doy unas tarjetas y unas muestras, le dijo.Dónde es tu casa, respondió Nelson. El hombre, que vestía una licra, casco y gafas, señaló una vivienda que estaba frente a la tienda en donde en ese momento estacionaron las bicis a comprar plátanos y bebidas, que por cierto pagó la víctima.

Pero no lograron entrar a la vivienda porque - u00a1sorpresa!- Juan Camilo dijo haber olvidado las llaves.

En ese instante se les acercó un hombre de 1,75 m de altura cargando un botellón. Se presentó como sobrino de Juan Camilo e hizo alarde de su talento verbal para halagar la potencia y velocidades de la bici de Nelson.Mientras el hombre que primero lo abordó en el parque fue a buscar las copias de las llaves en la casa de su tía, el segundo le pidió que le dejara probar la bici y le cuidara el botellón.

Agradeció lo buena gente que era Nelson y salió veloz. Ya vengo, le dijo y... hasta el sol de hoy.

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