El QuitoZoo se despide de uno de sus animales
El QuitoZoo le dijo adiós a uno de sus animales más queridos. Se trata de Suro, el oso de anteojos que llegó al centro de cuidado de vida silvestre cuando era pequeño.
En el 2002, el zoológico se hizo cargo del osezno que fue rescatado luego de que lo hallaran junto a su madre muerta, víctima de cacería.
La cría fue trasladada en un primer momento a una finca donde trataron de cuidarle; sin embargo, como era un oso recién nacido necesitaba de atención especializada. Entonces llevaron a Suro al QuitoZoo.
En ese lugar se le designó un amplio espacio, dotado de elementos y adecuaciones que le brindaron seguridad y comodidad. Allí convivió con Pablo, otro oso andino que llegó en 1997 a Guayllabamba.
Suro falleció aproximadamente a sus 22 años por problemas de salud. Los cuidadores informaron que durante las últimas semanas su comportamiento cambió, dejó de salir de su cuarto en la noche y mostró decaimiento.
También notaron un crecimiento anormal de su abdomen y cuando lo sometieron a una cirugía exploratoria, al día siguiente falleció. La primera aproximación de la necropsia reveló la presencia de cáncer en distintos órganos.
"Qué triste noticia. Siempre me alegraba verlo, hoy es libre", comentó Christian Terán, un visitante quiteño.
Como Christian, muchas otras personas lamentaron la pérdida del animal. "Descansa viejito, al fin ya estás con tu mamita", expresó Anabel Murgueitio.
Por su parte, la Fundación Zoológica de Quito señaló que las caminatas, los momentos de alimentación y descanso, los juegos y tantos instantes únicos de la cotidianidad de este querido oso se mantendrán en la memoria y en el corazón de todos.
Yulina Sánchez, otra visitante, agradeció las labores del QuitoZoo en cuanto al cuidado y la conservación de especies nativas. "Gracias por ese gran trabajo que hacen al rescatar animales y educar con amor a las personas sobre la fauna silvestre. El osito está ahora muy agradecido, se fue muy feliz al tener una vida llena de cuidados", dijo.
El legado de Suro
Suro fue protagonista en el trabajo de conservación de osos andinos en el país porque aportó con el desarrollo de herramientas biotecnológicas que ayudaran a identificar con precisión los ataques de oso andino al ganado. Todo con el fin de conocer cómo es la interacción de estos animales con otros.
Además, el equipo de Educación para la Conservación del QuitoZoo tomó como referencia la historia de Suro para sensibilizar a la ciudadanía acerca de las amenazas que ponen en peligro la vida del oso andino en Ecuador.
Para ello se desarrolló un programa educativo enfocado en especies en peligro de extinción, que consistía en visitar en el recinto a Suro para admirar no solo su imponente presencia, sino también para conectarse con la importancia de valorar y cuidar a su especie.
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