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31 de diciembre de 2020 00:00

Las viudas llorarán doble

Diego Andrade es del grupo de las viudas de la calle Valparaíso. Fotos: Galo Paguay / ÚN

Diego Andrade es del grupo de las viudas de la calle Valparaíso. Fotos: Galo Paguay / ÚN

Betty Beltrán. (I)

Cada 31 de diciembre, las ocurrencias de las viudas de La Tola ponían la nota alegre. Sus contoneos y lloriqueos son patrimonio de este sector del Centro de Quito.

El tema de la pandemia les frenó en seco y andan como alma en pena al saber que no podrán salir a la calle en esta edición 2020. Incluso los vecinos del sector están con sus tristezas y ni el ofrecimiento de que algo intentarán hacer virtualmente aminora la pena.

Es que las viudas en La Tola sí son cosa seria. Y los aplausos se lleva la familia Miranda que alegraba la calle León y un grupo de amigos de la Valparaíso. Los dos shows atraían a los quiteños de todos los lados.

Las damitas que hacían bailar en la calle León fueron las pioneras. Todo comenzó, rememora Marcelo Miranda, en la casa 4-28 de la León, entre Chile y Don Bosco, donde funcionaba la sastrería de su mamacita.

Él tenía 20 años y se ponía en la piel de la viuda mayor, atrás le seguían sus cuatro hermanos. Ni el paso de los años le restó esa ilusión. El pasado 2019, a sus 64 años, lo siguió haciendo.

Moradores de la calle León se vistieron de viudas para esta sesión de fotos.

Moradores de la calle León se vistieron de viudas para esta sesión de fotos.

Nada quedaba a la improvisación. Un par de días antes se reunía la parentela para delegar funciones. Unos hacían la tarima con ramas de eucalipto que traían desde el sector de la Pasteurizadora (por El Trébol); otros buscaban las tablas, el aserrín, las caretas… Antes del mediodía del 31 todo estaba listo.

Don Marcelo rememora que algunos parientes esperaban que él saliera al ruedo para ellos, una vez que estaban chispos, hacer lo mismo y sin vergüenzas.
Así, la primera viuda salía a las 16:00 y su parentela, tipo 18:00. A eso de las 20:00, sumaban unas 12 viudas deslumbrantes y los curiosos llenaban la León.
Hace unos años, sus fans les dijeron que eso de la bailada y la pedida de plata ya aburría, así que les surgieron preparar también unas comparsas. La primera
se hacía a las 19:00, la segunda a las 20:30 y la última a las 22:00.

A unas tres cuadras, en la calle Valparaíso, había más de esta tradición. Allí también hacían los viejos “desde hace tiempazos”, apostilla Diego Andrade, uno de los líderes del grupo de amigos que se resiste a que muera esta tradición de despedir el año.

Van cuatro generaciones que hacen los monigotes desde Navidad hasta el 31 de diciembre, cuenta. Pero el último día del año es lo mejor porque suelen salir las cuatro viudas que están entre los 30 y 36 años: Sebastián Mackenzie, Carlos Hurtado, Cristian Llerena y Diego Andrade.

Para que la cosa no sea aburrida, siempre le apostaron a una coreografía temática; un año salieron de pitufinas, otro de la jueza Collantes, el anterior hicieron de Mister Chef... y así por el estilo.

Esa dedicación es premiada con los aplausos de la gente que suele llenar la esquina de la Valparaíso y José María Aguirre. El show jamás ha sido vulgar, insiste Diego.

Toda la parafernalia que rodea a las viudas temáticas se logra con el aporte de la nueva generación, de los guambras que se alistaban para recibir el testigo, pues “este año era el último que íbamos a hacer el espectáculo”, cuenta Diego.
Pero para que no sea tan triste la despedida de este 2020, se está pensando hacer alguna cosa alhaja a través de las redes. Y obviamente, las viudas temáticas darán la sorpresa con sus trajes especiales.