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25 de noviembre de 2016 09:09

La Virgen apareció en La Isla

El padre Guido Bass muestra la silueta de la Virgen. Foto: Betty Beltrán / ÚN

El padre Guido Bass muestra la silueta de la Virgen. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Redacción Últimas Noticias

En una casa del barrio La Isla, en el sur de Quito, se observa desde hace meses un constante peregrinar de personas. Muchas se acercan con veladoras o con flores.

Todas van, asegura el padre de la Parroquia Santa Rita, Guido Bass, a rezar a “la Virgen que apareció en un espejo”. El hecho ocurrió el pasado 21 de junio.

Según testimonio de los protagonistas, aquella noche, el nieto de don Juan Verdejo, propietario del predio, estaba haciendo deberes en la mesa de su cuarto y cuando levantó la mirada hacia el espejo miró la imagen de la Virgen.

A los dos días, la esposa de don Juan, Blanca Tipán, se acercó a la iglesia de Santa Rita y le comentó al padre. Y el religioso fue volado.

Sin dudarlo, el mismísimo párroco bendijo al espejo y hasta lo bautizó con uno de los títulos de la Virgen: Espejo de santidad.

Es que la silueta, “que al parecer sería de la Virgen de Guadalupe, estaba clarísima”, e inmediatamente organizó cada viernes, a las 17:00, un culto.
Al rosario y a la eucaristía asisten muchos fieles de los alrededores del lugar: “Unos llegan con mucha fe, otros un poco incrédulos y otro tanto, gente curiosa”, admite el padre Bass.

El dueño del espejo, don Juan, se siente bendecido por esta impronta que se registró en su casa. Asegura que la imagen apareció de la nada y que no ha intervenido su mano; que son personas humildes, trabajadoras y muy devotas de Jesús del Gran Poder.

El párroco agrega que las figuras en los espejos “podrían formarse por factores ambientales, térmicos, endógenos (del mismo espejo), externos (como los rayos del sol), pero lo peculiar del espejo de La Isla es la formación que se ha hecho de un velo de la silueta de la cabeza. Eso es la novedad”.

Aquello le llama mucho la atención; sin embargo, dice: “no estoy afirmando ni estoy descartando que sea o no sea (la Virgen). Lo que digo es que hay un evento que, si así lo acepta el creyente, a la luz de la fe, podría ser una huella (impronta) de la presencia de Dios”.

Así las cosas y si la familia Verdejo Tipán da el permiso, el espejo con la silueta de la Virgen se podría trasladar hacia una capilla de propiedad de la parroquia, ubicada en la calle Alfredo Escudero. La reinauguración del sitio sería el próximo 11 de diciembre.

Esta impronta no es la primera en el sur de Quito. Según el padre Bass hace cinco años, en el sector de Cristo Rey, apareció la silueta de la Virgen del Cisne en una columna de una de las casas del sector. En la actualidad la huella se mantiene cubierta con vidrio y dos o tres veces al año se realizan peregrinaciones al sitio y las eucaristías. La imagen mide unos 20 centímetros de alto.

Ante estos hechos, el padre Bass está convencido que “la sencillez del pueblo capta más la bondad de Dios. El sentido de la fe está en el pueblo”.