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11 de octubre de 2019 09:32

Luego del velorio, movimiento indígena radicaliza la protesta

El féretro de Segundo Tucumbi fue recibido con una calle de honor. Foto: Diego Pallero / ÚN

El féretro de Segundo Tucumbi fue recibido con una calle de honor. Foto: Diego Pallero / ÚN

Redacción Política
(I)

En la tarima del Ágora de la Casa de la Cultura (CCE) se montó una capilla ardiente. Allí se colocó el féretro de Segundo Tucumbi, joven que murió, según la versión de los dirigentes indígenas, en el sector de las Universidades la tarde-noche del miércoles 9 de octubre del 2019.

Desde la mañana ayer, 10 de octubre, momentos de tensión se vivieron en la CCE, lugar en donde se alojan los indígenas que se mantiene en movilización permanente desde el sábado 5.

Cerca de las 09:00, en el Ágora, los dirigentes de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), entre ellos el presidente del Movimiento Campesino de Cotopaxi, Leonidas Iza, presentaban a ocho policías que fueron retenidos.

Su intención era presionar por una respuesta del Gobierno respecto a la escalada de violencia en las manifestaciones. En el lugar, todos los asistentes gritaban consignas en contra de la Policía Nacional. La noche del miércoles 9 de octubre, quienes permanecían en la Universidad Salesiana soportaron gases lacrimógenos, presuntamente lanzado por los uniformados.

Ese hecho fue el detonante para que el movimiento indígena decida radicalizar su protesta. Hasta el lugar llegó Jaime Vargas, presidente de la Conaie quien rechazó el hecho de la Católica y manifestó, incluso, que “se cerrarían las llaves de los pozos petroleros”.

Iza planteó tres condiciones para hablar con el Gobierno. La primera fue “exigir que salgan de sus cargos” los ministros de Defensa Oswaldo Jarrín y de Gobierno, María Paula Romo. El segundo, el que ha sido su consigna, que se derogue el Decreto Ejecutivo 883 con el que se eliminó el subsidio a los combustibles.

Finalmente, pidieron que el Gobierno se haga responsable de las muertes de los dos manifestantes y de uno de los chicos que falleció tras caer del puente de San Roque en una arremetida de la Policía.

Entre las exigencias de los indígenas estuvo el que los medios de comunicación que realizaban la cobertura de la retención de los policías, transmitieran en vivo lo que ocurría. Entre los indígenas se escucharon todo el tiempo consignas en contra de la prensa.

La jornada estuvo llena de discursos de los dirigentes de las diferentes organizaciones que conforman la Conaie. Pese a que se anunció la radicalización de la medida, los dirigentes no anunciaron qué nuevas acciones tomarían. Lo que dejaron claro es que si hay líderes de sus filiales que están hablando con el Gobierno, serían desconocidos.

La misa de Tucumbi fue presidida por el cura salesiano Jaime Chela. No pudo evitar el sumarse a la protesta. Les dijo que Jesús estuvo con los pobres y llamó a que no claudiquen. Agregó que los indígenas han golpeado la puerta del Gobierno “pero que nos los quieren oír”.

Tucumbi era originario de Cotopaxi. Fue integrante de una de las organizaciones de esa provincia. Hasta allá regresarán sus restos mortales.