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5 de octubre de 2017 16:24

Unicef respalda la no prescripción de los delitos sexuales contra niños

La violencia y el abuso sexual contra los niños constituye una violación a los derechos humanos y sus consecuencias son profundas en el desarrollo de la niñez. Foto: Referencial

La violencia y el abuso sexual contra los niños constituye una violación a los derechos humanos y sus consecuencias son profundas en el desarrollo de la niñez. Foto: Referencial

Mariela Rosero

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) felicitó la inclusión de la pregunta sobre la no prescripción de los delitos sexuales contra los niños. “Es una medida necesaria para luchar contra la impunidad. Un delito de esta magnitud debe poder ser denunciado y sancionado en cualquier momento de la vida, sin importar el tiempo que ha transcurrido desde el hecho”, afirmó Joaquín González-Alemán, representante del organismo en Ecuador.

González respalda la inclusión de esta pregunta porque permite visibilizar la problemática de los delitos sexuales contra los niños y envía un mensaje a la sociedad de que eso no debe ser tolerado. Pero opina que ahora es necesario fortalecer la articulación entre las diferentes instancias del gobierno para fortalecer la prevención y la respuesta adecuada a los casos.

La violencia y el abuso sexual contra los niños constituye una violación a los derechos humanos y sus consecuencias son profundas en el desarrollo de la niñez. Las víctimas sufren un daño a su integridad física, psíquica y moral.

Un niño queda indefenso ante un abuso sexual, en la gran mayoría de los casos no comprende lo que le ha ocurrido, no tiene la capacidad para denunciar por sus propios medios y depende de que alguien le crea y lo proteja.

En Ecuador, una de cada 10 mujeres ha sufrido abuso sexual cuando era niña o adolescente. Esto según el estudio La Violencia de género contra las mujeres en el Ecuador: Análisis de los resultados de la Encuesta Nacional sobre Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres. Además el 65% de los casos fueron cometidos por familiares y personas cercanas a las víctimas.

De los familiares que abusaron, casi el 40% abusó varias veces de la misma víctima y el 14% lo hizo de manera periódica. Una de cada 4 víctimas de abuso sexual nunca avisó de lo que le ocurrió. Las víctimas se quedaron calladas por temor a represalias, vergüenza, impotencia o por miedo a las amenazas. De aquellas que avisaron, a una de cada 3 nunca le creyeron. Del total de casos de abuso sexual, solo el 15% fue denunciado, y solo el 5% sancionado.

“Los datos son alarmantes, pero son apenas la punta del iceberg”, según el representante de Unicef. Ante esta realidad, es necesario que los crímenes sexuales contra los niños no prescriban nunca. “Nuestra recomendación es aplicar la imprescriptibilidad tanto a las penas como a la acción penal. Este es un gran paso, sin duda no el único para lograr la erradicación de la violencia contra los niños”.