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21 de enero de 2022 15:42

Temor por la lluvia y taludes

Una parte de la estructura de Colinas de Pichincha cedió a la humedad.

Una parte de la estructura de Colinas de Pichincha cedió a la humedad.

Andrea Rodríguez (I)

Los taludes que se encuentran sobre la avenida Mariscal Sucre preocupan a los vecinos de esas zonas, principalmente, cuando cae la lluvia.

Freddy Santos vive en el edificio Antisana, en la urbanización Colinas del Pichincha. Él recuerda que hace poco más de un año un fuerte aguacero hizo que la base delantera del edificio que da hacia la avenida se viniera al suelo.

Era una cobertura de piedra de más de 30 años, pero la humedad pudo más. Menos mal, la parte del edificio que cedió es un espacio verde; pero el resto de la edificación quedó en riesgo.

Diana Aveiga, administradora de la urbanización Colinas del Pichincha, recuerda que los propietarios del edificio Antisana se encargaron directamente de solucionar los daños.

Santos dice que tuvieron que apersonarse, ir al Municipio, averiguar qué trámites debían hacer para que se permita trabajar en el sitio al borde de la avenida e investigar quién hizo el estudio del uso del suelo.

Así descubrieron que por tratarse de una propiedad privada tendrían que hacer las costosas reparaciones por sus propios medios. Al menos, el edificio estaba asegurado ante esos daños.

Como parte de la reparación se reforzó el talud con piedra, malla y una capa de cemento. El arreglo demoró cuatro meses.

La idea era hacer un solo talud de refuerzo al pie de los demás edificios también pero al final no hubo acuerdo y quedó limitado al edificio en problemas.

Cuando llueve fuerte no solo sienten temor en ese sector. Bernarda Saona vive en la urbanización Iñaquito Alto, bajo la universidad Dos Hemisferios.

Ella recuerda que hace dos años un árbol que crecía en el talud superior de la avenida se cayó e interrumpió el tránsito vehicular en dos de los tres carriles de sentido norte sur, y provocó caos vehicular.

También, en marzo del año 2019 los habitantes de la urbanización Pinar Alto vieron con horror que un torrente de lodo y maleza bajó por la calle Manuel Valdiviezo y arrastró ve­hículos. En ese sector y en el barrio Osorio el lodo llegó hasta la rodilla. Menos mal no hubo víctimas.

Han ocurrido también deslizamientos y torrentes más al norte, en la parte alta del barrio San Carlos y al pie de Atucucho.

El ingeniero civil y experto en planificación urbana Sergio Saltos dice que todo el riesgo que hay en los taludes sobre la Mariscal Sucre tiene una razón: Quito está en las faldas de una montaña; la lluvia que cae en la parte superior desfoga por quebradas. La pendiente y el riesgo son mayores mientras más arriba de las laderas se construye.

Saltos afirma que nunca se debió permitir las construcciones sobre la avenida Mariscal Sucre, y que esa zona tenía que ser declarada como bosque protector.

Sin embargo, en administraciones municipales pasadas, como las de Sixto Durán Ballén y Álvaro Pérez, en los años 70 y 80 del siglo XX, se pasó por alto
la planificación.

En ese tiempo se permitió la construcción de centros comerciales y urbanizaciones sobre lo que se denominaba la cota de agua. Hasta ahí arriba no llegaba el líquido vital.

Hay urbanizaciones y negocios que están en capacidad de contratar un seguro para las edificaciones, pero son la minoría.

El resto de vecinos que viven sobre la Occidental se santiguan cuando llueve fuerte.