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Miércoles 18 de enero 2023

Teatro Pichincha era pepa para las películas de artes marciales

El Teatro Pichincha está ubicado en el Centro Histórico de Quito. Foto: Archivo

El Teatro Pichincha está ubicado en el Centro Histórico de Quito. Foto: Archivo

Por Richard Jiménez

En la actualidad, si uno se encuentra en la esquina de las calles Benalcázar y Chile, en pleno Centro Histórico de Quito, y camina con dirección norte por la Benalcázar, se podrá encontrar un enorme almacén que oferta diversos productos.

No obstante, hace algunos años, en ese mismo lugar funcionaba el Teatro Pichincha; una sala de cine muy recordada por las largas filas que hacía la gente para asistir a conciertos y ver las mejores películas de artes marciales.

Historia del Teatro Pichincha

Ideado por la Empresa de Cines Daniel Cadena, esta sala tuvo capacidad para mil butacas y una galería para 700 personas. Hasta contó con equipos audiovisuales de última generación para la época.

Con planos aprobados en oficinas técnicas de EE.UU., la obra estuvo a cargo del reconocido arquitecto Eduardo Mena Caamaño, fundador de la firma Atlas-Mena y responsable de otros importantes proyectos arquitectónicos en Quito, como el antiguo edificio La Previsora, el Palacete Mena Caamaño o la Villa Piedad.

El día de la inauguración

El Teatro Pichincha fue inaugurado el día viernes 23 de enero de 1948 y contó con la presencia del presidente de aquel entonces, Carlos Julio Arosemena Tola; y del alcalde de Quito, Alfonso Pérez Pallares.

El evento empezó con el Himno Nacional del Ecuador, a cargo del músico Josueth González; luego se proyectó el noticiero cinematográfico británico Warner-Pathé; para finalmente presentarse el concertista Aurelio Ordoñez y deleitar a los asistentes con piezas del compositor francés Federico Chopin.

La inauguración fue transmitida íntegramente por la extinta emisora Gran Colombia.

Cómo era la sala de cine

De acuerdo con una publicación histórica de diario El Comercio, a propósito de la inauguración del Teatro Pichincha, esta sala de cine exhibía un amplio vestíbulo, cuya decoración consistía en espléndidas lámparas y grandes espejos. Este ‘hall’ estaba dividido en dos por una mampara, adornada con columnillas salomónicas. Ahí funcionó una fuente de sodas.

En cuanto a la localidad de luneta baja, la misma tenía modernas butacas 'pullman' que se plegaban automáticamente. Colocadas en tres grandes grupos, las que estaban ubicadas a los pasillos contaban, en la parte inferior, con iluminación para orientar al público a ocupar su lugar. Lo que a la postre fue reemplazando el trabajo de los ‘cicerones’, quienes se encargaban de guiar con linternas.

Los muros de esta sala estaban separados de la bóveda central por una cornisa, además de tener ventanas y balcones de hierro, en los que se colocaban lámparas de luz azul que permanecían encendidas durante los tráilers y se apagaban cuando comenzaba la película de fondo.

La localidad de luneta alta descansaba sobre un gran arco, las paredes tenían pilastras adosadas y arcos ciegos. La pintura al óleo estuvo a cargo del artista Nicolás Delgado.

Actualidad del predio

Hoy en día, las patadas voladoras de las películas protagonizadas por Bruce Lee han sido reemplazadas por estanterías y anaqueles. Los retablos de madera y azulejo antiguo del Teatro Pichincha han sido cambiados por materiales modernos, como el porcelanato.

Lo único histórico que permanece en el lugar son dos pinturas en las que se reproducen momentos como el tiroteo en la fachada del cine, en 1975, cuando entraron tanquetas a la Plaza Grande para deponer al general Guillermo Rodríguez Lara.


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