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17 de julio de 2019 09:31

‘Somos más que una cara bonita’

Reinas se unieron por la noticia de suspensión del concurso. Foto: Eduardo Terán / ÚN

Reinas se unieron por la noticia de suspensión del concurso. Foto: Eduardo Terán / ÚN

Redacción Últimas Noticias

Entrando y marchando. El Municipio ya dejó clarito que la elección de la soberana de la capital no va más. Del lado de la Fundación Reina de Quito, la reacción fue directa: la ganadora del certamen no es cara o cuerpo, es parte de un tuco trabajo social.

Esa labor va más allá del año del reinado, aclaró Sofía Arteta, directora ejecutiva de la Fundación, que acolita a más de 120 menores con síndrome de Down en el centro Aprendiendo a Vivir. Para muestra un botón, ella, quien también llevó la corona, va 25 años trabajando en el lugar. Hay otras que han cumplido 75 años de edad, manos a la obra.

Rocío Avilés fue soberana en 1969. Desde ese entonces hace labor social. En sus palabras: “Es una reina elegida para el servicio de la sociedad”. En la Fundación maneja el área del ropero solidario, donde venden artículos donados por la comunidad para recolectar fondos.

La noticia de la suspensión del reinado la dio la presidenta del Patronato San José, Liliana Yunda, en ‘Pulso Informativo’, programa de la radio Francisco Stereo. Para ella, “la elección de la reina ha perdido vigencia y a una mujer no se le puede discriminar porque no es rubia o porque no tiene los ojos verdes o porque no tiene las medidas adecuadas, 90-60-90, creo que es el momento de no continuar con la elección de la reina y más cuando se está afrontando un déficit económico”.

Con esa novedad, soberanas de distintos años, incluida Angie Vergara (2015-2016), lanzaron la propuesta para encargarse de la organización del evento. Que les sobra experiencia a la hora de armar programas a través de autogestión. Y sobre las platas aludió a que cree que en la administración anterior no se manejaron de manera correcta los auspicios.

María Fernanda Pacheco, expresidenta del Patronato, en una entrevista a EL COMERCIO, dijo clarito que la elección se financiaba con canjes por publicidad y con auspicios y que no le costaba a la ciudad. Y de paso dejó una propuesta en la Asamblea para que los cantones y parroquias destinen el dinero con el que organizan los certámenes a programas para apoyar a mujeres víctimas de violencia.

Y, recordó Arteta, la fundación se mantiene con autogestión. ¿No ve que, aseguró, desde la administración municipal anterior ya no reciben recursos del Municipio? El apoyo era anual. De pasito, indicó que la elección lleva 60 años y la Fundación, 34.

Por otro lado, Daniela Almeida, actual reina de Quito, hizo un repaso por un día en la gestión: visitar fundaciones y albergues que apoyan a grupos vulnerables de la ciudad: niños, jóvenes, habitantes de calle, etc. Además, debe reunirse con autoridades para impulsar convenios para desarrollar proyectos sociales y con la empresa privada.

Vergara, por su parte, le apunta a buscar la mejor solución. Y reconoció que se requiere un cambio, pero que no es prudente eliminar una plataforma en la que mujeres tienen la oportunidad de ayudar a la ciudad.

Para ella, tal vez el camino es dar un nuevo direccionamiento al certamen, que ya no se elija a la reina de Quito, sino a la embajadora social de la ciudad. Porque, agregó, finalmente ese es el papel de la joven que lleva la corona. Ella aludió a sus propias vivencias: hasta en hornados solidarios en barrios participó. Y aclaró que respeta las críticas de quienes están en contra.

Del lado municipal, el 16 de julio del 2019 se emitió un comunicado: “la decisión se enmarca en una política de revalorización a la mujer desde otros espacios, reconociendo sus capacidades y contribuciones en diversos campos”.

Se sumó el argumento: “Los concursos de belleza reproducen roles de género, que construyen imaginarios y estereotipos sociales. Por eso, trabajamos en generar una cultura de inclusión y respeto a la diversidad, para proyectar a Quito como una ciudad de igualdad, que reconozca los distintos tipos de belleza...”.

Para Arteta, las están estereotipando y encasillando al concurso como cara y cuerpo y “no es así”. “La historia nos avala, la Reina de Quito son mujeres de la vida real. Hay altas, pequeñas, de ojos azules, cafés... Hemos hecho un trabajo de hormiga y nos parece importante que lo respeten este trabajo”.