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28 de mayo de 2019 09:49

Los rezos volverán a Cantuña

La Capilla de Cantuña ya luce reluciente y muy pronto se permitirá el ingreso de los devotos. Foto: Betty Beltrán / ÚN

La Capilla de Cantuña ya luce reluciente y muy pronto se permitirá el ingreso de los devotos. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Redacción Últimas Noticias
(I)

La Capilla de Cantuña (esquina de la Cuenca y Bolívar), volverá a abrir sus puertas en los próximos días.

A este sitio, uno de los más visitados de todo el complejo de San Francisco, lo sometieron a un proceso de rehabilitación.

Ayer, 27 de mayo del 2019, solo se realizaba uno que otro arreglo en el sistema eléctrico, luego a pasar una franela para recoger el polvo y de ahí sí, a ubicar las bancas de madera lacada. En el sitio también se venera a San Antonio de Padua, la Virgen de los Dolores, Señor de la Misericordia, San Lucas, San Pedro de Alcántara…

Durante los trabajos, que duraron alrededor de nueve meses, se incluyeron la restauración de cubierta, piso y paredes de esta joya de Quito, así como la rehabilitación de las esculturas y de las pinturas.

La inauguración oficial sí tiene fecha: el 5 de junio, a las 10:00, con la presencia del alcalde Jorge Yunda.

Una vez que se abra la capilla las misas seguirán como de costumbre; es decir, los martes y jueves, a partir de las 07:00. Y al final de esas eucaristías, la entrega del pan a todos los fieles.

La terminación de la obra coincide con la proximidad de la fiesta de San Antonio de Padua, el santo de mayor hinchada dentro de la Capilla; la novena está prevista a partir del martes 4 de junio, a las 07:00, en su casa; y a las 18:00, en la iglesia de San Francisco. Para el 13 de junio se prevé la misa de fiesta, a partir de las 11:00.

La Capilla de Cantuña debía reabrirse a mediados de enero, pero algunas novedades encontradas en la restauración obligaron a prolongar su entrega para marzo, luego para abril y finalmente para mayo.

Este sitio se cerró desde agosto del 2018. Solo en la parte de restauración intervino un equipo de 12 personas, entre carpinteros, arquitectos, restauradores… El montaje de las 14 esculturas y de las pinturas de caballete también fue arduo. Una vez que las imágenes están en sus lugares, la Capilla brilla.