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22 de octubre de 2020 11:20

Épico rescate a siete niños y dos adultos

Los rescatistas con los niños y los adultos que fueron salvados. Foto: cortesía Bomberos de Pedro Moncayo y GOE

Los rescatistas con los niños y los adultos que fueron salvados. Foto: cortesía Bomberos de Pedro Moncayo y GOE

Betty Beltrán. (I)

La aventura de siete guaguas y dos adultos, que se adentraron en la zona de las lagunas de Mojanda terminó en llantos y abrazos tras ser rescatados por bomberos de Pedro Moncayo y policías del GOE.

Estaban tiritando y, algunos de los pequeños, con pies lluchos. Así cuenta el sargento Diego Puga, del equipo bomberil que salió a buscar a los extraviados.
La alerta les llegó a bomberos y policías desde el ECU 911, el martes 20 de octubre del 2020 a eso de las 17:20.

Los bomberos llegaron a la parte alta de la zona lacustre a las 18:30 y de ahí se dividieron en dos brigadas, cada una con dos efectivos. La primera se fue por la zona norte y la otra, descendió por las faldas del Mojanda; todo nublado y con llovizna.

La búsqueda se prolongó por dos horas, y ahí es cuando solicitaron a uno de los dos adultos, Fernando (de 38 años) -con quien estaban en contacto por teléfono- que prendiera una fogata para poder verlos.

La encendieron, pero el fuego se les fue de las manos y se convirtió en un pequeño incendio forestal, cuenta el sargento Puga.

Se siguió avanzando y a lo lejos se pudo visualizar el fuego, y fueron en dirección de la luz que estaba en una quebrada y en medio de dos lomas. Ya en el punto, una de las brigadas se empleó a fondo para liquidar las llamas que dañaron unos 200 metros cuadrados de terreno. Eran las 20:32.

Sin las herramientas contra incendios (pues fueron a un rescate) usaron ramas para apagar la candela. Lo lograron luego de una hora.

A cargarlos
Mientras tanto, la segunda brigada se dedicó a sacar a los aventureros montaña arriba. Los siete guaguas, de entre dos y 11 años de edad, y los dos adultos (Fernando y Liliana, de 32) no paraban de llorar incontrolables por la emoción de ver a los casacas rojas y los abrazaron y les agradecieron con el alma.

Según uno de los adultos, todo el grupo salió de Tabacundo a eso de las 05:00 del martes para hacer una caminata y no pensaron en lo lejos que llegarían. Ya en la tarde, cansados y con hambre, decidieron volver y cortar camino y se metieron entre pajonales. Se perdieron por la topografía irregular y alta vegetación.

Tras las emociones y ofrecerles ropa abrigada y palabras de aliento, los perdidos emprendieron otra dura caminata, confiesa el sargento Puga. Y a ciegas y débiles lograron llegar a las lagunas, sector de La Zeta.

En ese punto, les dieron alcance cuatro efectivos del GOE. Y viendo que los pequeños estaban pies lluchos, rapidito los cargaron, recuerda el sargento Kléver Gualavicí, del GOE Quito.

Todos estaban mojados y algunos descalzos, agrega el policía. Luego se enteró que los aventureros habían caminado por 12 horas, que eran de Tabacundo y desde allí salieron a pie con dirección a las lagunas. Hay unos 16 km de distancia, Con niños tan pequeños, dice, no es responsable hacer esas cosas.

Llegaron hasta las camionetas de los bomberos y en ellas los llevaron al Centro de Salud de Tabacundo. La hipotermia ya había sido controlada cuando los bomberos, en la quebrada, los abrigaron y les dijeron, una y otra vez, que no volvieran a hacer estas cosas.