placeholder
Las Últimas
23 de noviembre de 2020 16:22

Al rescate de ideas del fray Jodoco Ricke

El equipo de restauradores demora semanas en cada una de las hojas de los volúmenes. Fotos: cortesía

El equipo de restauradores demora semanas en cada una de las hojas de los volúmenes. Fotos: cortesía

Betty Beltrán. (I)

Mientras se restauran 125 volúmenes de la colección de los siglos XV al XX de la Universidad Central del Ecuador (UCE) se encontró un manuscrito perteneciente a fray Jodoco Ricke, nada menos que el fundador de la Escuela Quiteña de arte y el constructor de la iglesia San Francisco.

Su tamaño (29,5 cm de alto por 21,7 cm de ancho), su pasta de cuero de animal y el delicado estado de conservación que presentaba ocultaban el incalculable valor de la obra: es uno de los libros más antiguos del Ecuador, pues data de 1497.

La obra se llama Crónicas de Núrembert, publicada en Hamburgo (Alemania), y en ella aparecen tres veces con la rúbrica del franciscano. Tiene 358 hojas numeradas y, al final, 21 sin numerar; se trata de un tratado de historia universal, con más de 1800 xelografias de ciudades y personajes antiguos. Incluso hay una del anticristo y la muerte final.

Desde agosto se activó este trabajo de conservación, restauración y estabilización se realiza en el Área Histórica de la Biblioteca General de la UCE; se prevé culminará a final del año. Ocho especialistas (filólogos, restauradores, etc,) de la Fundación Conservartecuador lideran la intervención, bajo la dirección de Ramiro Endara Martínez.

Nada hubiese sido posible sin la asistencia financiera de la Fundación Gerda Henkel Stiftung (Alemania), menciona el especialista. Los trabajos de restauración, apostilla, “se han centrado en el control de la humedad de algunos libros, así como en la limpieza, la estabilización de los volúmenes y la reintegración de las zonas perdidas”.

En muchos casos, esos daños constituyen una alteración severa, con pérdida importante de la materia y del texto en todo el volumen. Pero, los 15 años de experiencia de Conservartecuador ha permitido que el trabajo continúe y sea puesto como ejemplo a seguir en este tipo de proceso técnico de registro, fichaje, inventario y catalogación, incluso en el proceso de conservación, restauración y puesta en valor.

Libros de la época colonial se preservan con cuidado.

Libros de la época colonial se preservan con cuidado.

Esta labor es ‘pacienciosa’, de ahí que los técnicos trabajan hoja a hoja; en un solo incunable (impreso antes de 1500) se pueden demorar un mes, porque el tiempo lo ha desgastado y incluso pierde algunas características originales de su constitución, menciona Endara Martínez. Sin embargo, hay otros volúmenes que les puede tomar entre dos o tres meses.

Es el décimo tercer proyecto que Conservartecuador lidera con fondos del exterior. Y a lo largo de esos trabajos, apunta el especialista, ha encontrado de todo un poco; en el convento San Agustín, por ejemplo, ubicó la primera cartografía de los mapas hechos a mano; en Santo Domingo la biblia políglota (hebreo, sirio, latín y griego…) e incunables con la firma del fray Pedro Bedón.

Y en la UCE, casi inmediatamente de haber comenzado a trabajar, localizaron un manuscrito de 99 páginas con las clases impartidas por el padre Francisco Javier de Aguilar, profesor de filosofía y teología en la Universidad de San Gregorio.

También son invaluables, entre los libros del Alma Mater, numerosos volúmenes que pertenecieron a la colección personal de Eugenio Espejo, todos ellos firmados de su puño y letra, e incluso uno de ellos contiene 11 páginas manuscritas suyas. Todos tesoros patrimoniales.