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8 de mayo de 2017 13:15

275 nuevos coshcos en Pichincha

Las familias de los jóvenes se aglomeraron en el exterior del Fuerte Militar El Pintado. Foto: Foto: Patricio Terán / ÚN

Las familias de los jóvenes se aglomeraron en el exterior del Fuerte Militar El Pintado. Foto: Foto: Patricio Terán / ÚN

Paula Merchán

Más de 1 200 jóvenes nacidos en 1998 acudieron hasta el Fuerte Militar El Pintado, en el sur de Quito. Desde temprano, el sábado en la mañana, hicieron fila para enlistarse en el servicio militar voluntario.

De todos los candidatos, solo hubo cupo para 773. Quienes fueron aceptados tuvieron que superar las pruebas médicas y psicológicas. También les hacen exámenes del VIH.

Ese mismo día, 24 centros de movilización en todo el país reclutaron a 5 000 jóvenes que se convertirán en conscriptos en cualquier rama de las Fuerzas Armadas: el Ejército, la FAE o la fuerza Naval.

Según el teniente coronel Freddy Jara, jefe de la Base de Movilización Central, los jóvenes recibirán instrucción militar los dos primeros meses, de los seis que dura toda la conscripción. Esto se realiza en el Centro de Instrucción Pichincha, en Machachi.

Luego será la entrega de armas, en una ceremonia en que las familias podrán asistir. Finalmente, pasarán cuatro meses en cualquier unidad militar de Ibarra, Quito o Santo Domingo de los Tsáchilas.

Samuel Clavijo, quiteño con 19 años, acudió al llamado porque dice que es su sueño. “Quiero servir a mi país y tengo el ejemplo de mi padre, que era militar”.

El llamado al Servicio Militar es exclusivamente para varones. Sin embargo, según Jara, solo en El Pintado se presentaron 10 mujeres.

Al finalizar la conscripción, los jóvenes se convierten en ‘combatientes individuales’. Las Fuerzas Armadas los pueden tomar en cuenta en caso de que se presente un conflicto armado y ellos deben responder.