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16 de abril de 2019 08:55

En Quito hay algo de Notre Dame

La Basílica del Voto Nacional resalta en la parte alta del Centro Histórico quiteño. Foto: archivo / ÚN

La Basílica del Voto Nacional resalta en la parte alta del Centro Histórico quiteño. Foto: archivo / ÚN

Redacción Últimas Noticias
con AFP y EFE (I)

Un pedacito de la Catedral de Notre Dame de París, que se incendió ayer, 15 de abril del 2019, está en Quito. Sí, porque el diseño de la Basílica del Voto Nacional se inspiró en el viejo templo europeo.

Claro que Notre Dame vendría a ser como la bisabuelita (por lo menos) del templo quiteño. La historia de la catedral parisina data de 1160, cuando el obispo Maurice de Sully decidió construir un templo en el estilo de la época. Respaldado por el rey Luis VII, por los notables y por corporaciones profesionales, las obras comenzaron tres años después, pero tardaron en finalizar algo más de un siglo, en 1272.

En eso se parece también la Basílica quiteña, pues el templo empezó a construirse en 1890. La falta de presupuesto para una obra tan grande hizo que apenas en 1988 (98 años después) fuera inaugurada. Tres años antes, en 1985, fue bendecida por el papa Juan Pablo II en persona.

La Basílica de Notre Dame, afectada por un incendio, está en el corazón de París. Foto: AFP

La catedral de Notre Dame, afectada por un incendio, está en el corazón de París. Foto: AFP

¿Por qué son tan parecidas estas iglesias? El arquitecto que diseñó la Basílica era un francés, Emilio Tarlier. Su diseño lo basó en la catedral de Notre Dame, que él bien conocía. También tiene elementos de la Catedral de Burgos.

La Basílica y Notre Dame sonde estilo gótico, caracterizado, en gran medida, por su construcción alargada, con torres de aguja.

En las fotografías de esta página pueden verse algunos elementos similares: la nave central de gran altura pero no muy ancha, los rosetones de los vitrales, las estatuas de las gárgolas...

¡Dios no quiera que a la Basílica le pase algo similar que a su “bisabuelita”! Sería una pérdida irreparable, como la que ahora se está tratando de evitar al máximo en Notre Dame.

Los bomberos de París luchaban a contrarreloj contra las llamas para tratar de salvarla. Su emblemática torre de aguja sí cayó. Consiguieron algo muy importante en medio de la desgracia: “preservar” la estructura.

“Podemos considerar que la estructura está a salvo y preservada en su globalidad”, informó el comandante de la brigada de Bomberos, Jean-Claude Gallet.

Era la noticia que toda París esperaba, con el corazón en un puño. “El fuego bajó de intensidad”, declaró el secretario de Interior Laurent Nuñez, muy aliviado. Poco antes había dicho que no estaba seguro de que se pudiera “frenar la propagación en la torre norte”. Después de 15 horas, los bomberos lograron sofocar por competo las llamas.

Hasta el lunes se desconocía el origen del fuego, que empezó en una zona del tejado que estaba siendo remodelada. Los bomberos indicaron que está “potencialmente ligado” a las obras.

A propósito, una investigación judicial por “destrucción involuntaria” fue abierta en Francia.

Así está el que por un tiempo fue el edificio cristiano más grande del mundo occidental, símbolo de la riqueza y el poder de París... Y espejo de la Basílica quiteña.