La Procesión de la Luz se toma la noche
Hoy, 29 de marzo del 2018, es la Procesión de la Luz, en la cual unos 24 personajes tradicionales de Jueves y Viernes Santo salen a las calles del Centro Histórico de Quito. Los protagonistas, los encargados de volver a la vida a estas imágenes populares, son alrededor de 250 bailarines del Ballet Folclórico Jacchigua.
La investigación para conocer de cerca al sahumeriante, las cholas, los cucuruchos, el prioste, los santos varones y tantos otros se hizo, como se dice, en campo: fueron años de compartir con las comunidades de diferentes zonas del Ecuador.
A la cabeza de esos contactos en las diferentes poblaciones ecuatorianas estuvo Rafael Camino, quien también dirige el famoso ballet de ritmos tradicionales. Se trata de un hombre entregado a una misión: no dejar morir las tradiciones que existen en el país.
Rafael Camino apunta que en la celebración de esta noche, que arrancará a las 19:00, se han logrado recopilar elementos de hace 60 o 70 años.
Y de paso recuerda la ruta que seguirá la procesión: recorrerá la García Moreno, desde la altura de la Basílica, para llegar a La Ronda, salir por la Guayaquil hasta la plaza de Santo Domingo. Durará entre una hora y una hora y media.
Uno de los elementos representados más importantes que recorrerá la calle de las Siete Cruces es el Santo Sepulcro, como solía hacerse antaño.
Adicionalmente, si se apunta a esta manifestación de la Semana Mayor, podrá ver pasar o ir al mismo paso del prioste, que va con una bandera de 23 metros. Y, claro está, no podía faltar la Virgen de los Dolores.
Los bailarines, para el caso de personajes como las verónicas, las cholas y otros, avanzarán en grupos.
Como dice Camino, si quiere unirse a la romería, llevará una velita. No se olvide que se trata de una “recuperación histórica de la fe”, asegura. Uno de los mensajes principales es que “Cristo no esté crucificado, sino en cada uno de nuestros corazones”.
La agrupación de bailarines, que ha recorrido bajito unos 40 países, será la única en presentarse, revivir esta tradición y, como dice Camino, agradecer los tesoros que tiene la capital, que “estamos de pie”.
Por otro lado, esta manifestación, que incluye personajes religiosos y otros sacados propiamente de las comunidades indígenas, permite “estar contentos con este mestizaje”.
