Se reanudó la restauración de las primeras Actas de Cabildo
El trabajo de conservación y restauración de seis bienes documentales patrimoniales de gran valor histórico se retomaron. Estos avanzaban hasta marzo, cuando se declaró la emergencia. Entre ellos están el libro 1 y 2 de Cabildo de Quito, que datan de 1534 -1538 y 1541-1551, respectivamente.
Santiago Chiriboga, técnico restaurador del Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP), detalla que los dos primeros textos corresponden a las primeras actas de Cabildo, incluidas las fundacionales de la ciudad, firmadas por personajes como Sebastián de Benalcázar. Hay una traducción de estos documentos disponible para investigadores en el Archivo Metropolitano, en la av. Colón y 10 de Agosto.
Además, se intervienen cuatro libros vinculados al primer hospicio y hospital de la ciudad, que datan de 1606 a 1812. Se pueden encontrar nombres de las personas que habitaban en aquel entonces, registro de ingresos, información administrativa, etc. En algún momento fueron documentos individuales pero se convirtieron en libros.
Antes de empezar la restauración, se realizaron exámenes en el laboratorio del Instituto Nacional de Patrimonio y Cultura (INPC). Manuel Jiménez, experto y contratista del proceso, detalla que los documentos pasaron por un análisis minucioso, por ejemplo, del tipo de adhesivos que se habían usado en algunos documentos.
Marcos Rivadeneira, experto en conservación, comparte detalles como que el papel es de fibra de lino, hecho alrededor de 1500, en Europa. Las tintas son ferrogálicas (tienen óxido de hierro, goma arábiga, etc.) y hechas a mano.
Están en un proceso de limpieza, eliminación de parches o refuerzos que fueron añadidos con el tiempo. La idea es recuperar los bienes patrimoniales en su forma original. Es un trabajo “centímetro a centímetro”. En el primero tomo, señala, se distingue “Este es el libro de la fundación de la ciudad de San Francisco de Quito”.
Y de la mano con la conservación del patrimonio, por la pandemia, los trabajos se retomaron con un protocolo de bioseguridad. Este incluye, de entrada, la toma de temperatura de cada trabajador al ingreso al área de trabajo, desinfección de calzado y vestimenta de protección, de manos, distancia de 2 metros entre los trabajadores, desinfección de los espacios de manera diaria, etc.
Se prevé que las tareas de conservación terminen a finales de agosto 2020.
Además, informó el IMP, se harán trabajos de desinfección y sanitización de 12 mil volúmenes contenidos en el actual Archivo Metropolitano de Historia, esto como parte de una primera fase de conservación. El proyecto considera la puesta en valor de los libros restaurados a través de espacios académicos y culturales que se desarrollaran en varios eventos.
