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7 de marzo de 2019 09:33

Así fue la primera procesión de Jesús del Gran Poder

Una imagen de 1964, de la ya para entonces megaprocesión. Foto: archivo / ÚN

Una imagen de 1964, de la ya para entonces megaprocesión. Foto: archivo / ÚN

Betty Beltrán
(I)

Era el año de 1961 y hubo, en el interior del convento de San Francisco, el llamado Capítulo Conventual. Una reunión de algo más de 60 frailes, entre estudiantes, hermanos no clérigos y sacerdotes, para idear la procesión de Jesús del Gran Poder.

Con esa manifestación de fe se recordaría la muerte de Jesús. Así que, tras varias horas de conversaciones, se concluyó que la escultura de Jesús Nazareno, diseñada en el siglo XVII y con palo de balsa, saldría por las calles de Quito para lograr adeptos.

La emoción era enorme entre los organizadores de la primera procesión, rememora fray Luis Bastidas, guardián del convento de San Francisco. Y lo recuerda como si fuera ayer porque él, en aquel entonces, estaba en el grupo de estudiantes; cursaba el primer año de Filosofía.

“Ya se pueden imaginar cómo fue la primera procesión, el primer entusiasmo, el primer amor...”, agrega. Es que estaba llena de sorpresas y también de un aguacero del diablo. Tanto que, tras seis horas de caminar por las calles, llegaron estilando al convento franciscano.

Los estudiantes, en un número de 30, fueron el alma de esa procesión que partió a las 12:00. Unos 15 estaban dentro de la iglesia con el viacrucis y el resto repartido a lo largo de la procesión, con megáfonos en mano.

El actual Guardián del complejo franciscano recuerda que estaba, aún guambrito, por la mitad de la procesión y por el megáfono rezaba el viacrucis, el Rosario y cantaba. Cada compañero hacía su propia procesión porque, para ese tiempo, no había las radios para enlazarse y comunicarse.

En aquella época, los megáfonos eran la tecnología de punta en el mercado, y fueron conseguidos por fray Francisco Fernández, el líder de todo ese invento que este año cumple 58 años.

La procesión de aquel primer año era tal cual se hace hoy; o sea, primero San Juan, en segundo lugar la Virgen de los Dolores y al final la imagen de Jesús del Gran Poder. ¿Y los cucuruchos? Obviamente que allí estaban e iban entre las verónicas y el pueblo.

Antes de la procesión de Jesús del Gran Poder, cuenta el fraile, había procesiones chiquitas con la Virgen, San Juan y Jesusito. Pero eran minúsculas, alrededor de la plaza o dentro del templo.

La de Jesús del Gran Poder rebasó todas las expectativas, tanto que hay gran demanda para formar parte de esa procesión. La mayoría lo hace como cucurucho, uno de los personajes principales.

Ellos salen a caminar descalzos, con un traje morado que los mantiene en el anonimato.Van dispuestos a purgar sus pecados. En ese grupo está Gonzalo Suárez, de San Carlos, quien ayer, 6 de marzo del 2019, -el primer día para las inscripciones- se anotó para ser parte del pelotón de cucuruchos. Hasta el mediodía sumaban 10 personas inscritas.

Para Suárez será su segundo año. Cuenta que acompañará a Jesús en su caminado de dolor porque le pidió que le haga una gracia y se la concedió. Así que será cucurucho por siempre y mientras tenga salud y vida.

También asistirá a los cuatro encuentros con cucuruchos y verónicas (inducciones de los sábados), en el Colegio San Andrés, a partir de las 18:00. La primera será este sábado 9 de marzo.

Se trata de una prédica y toma de conciencia, no sea solo por esta Cuaresma sino para todo el año, comenta fray Bastidas.

De eso está consciente Suárez. Él dice que es necesario acudir a esas citas porque allí les dicen que ponerse el traje lila no es por novelería sino que es por fe, por recogimiento y por acompañamiento a Jesús en su dolor.

Así que ya está haciendo la procesión mentalmente porque hasta el recorrido ya se sabe: convento de San Francisco, Bolívar, Venezuela, Manabí, Vargas, América, Riofrío, Venezuela, Manabí, García Moreno, Bolívar y convento.

El primer año, Suárez madrugó y fue a la cabeza de la procesión, pero este año irá más tarde porque quiere ir junto a Jesús. Esa es su ilusión.