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5 de enero de 2018 09:51

Algunos prediales subieron al cielo

En la Administración Zonal Centro se concentran las personas que van a pagar y a reclamar. Foto: Betty Beltrán / ÚN

En la Administración Zonal Centro se concentran las personas que van a pagar y a reclamar. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Redacción Últimas Noticias

Llueven los reclamos por el incremento del impuesto predial en Quito. El balcón de servicios de la Administración Zonal Centro estuvo, toda la mañana de ayer, a reventar de usuarios con papeles en mano.

Jorge Aiceicha, vecino de San Juan, estuvo molesto y a su compañero de al lado le contó el motivo: “Imagínese, el año anterior pagué USD 16 y pico de un terreno que tengo en mi barrio y ahora me salen con que debo USD 66,60. Y de mi lote de Tababela tengo que pagar USD 40,35 cuando antes cancelé 6”.

Por esa razón acudió a la Zonal a hacer el reclamo: “Quiero preguntar cuáles son las mejoras que han hecho en el barrio, yo no soy ciego para no verlas. Y mi propiedad de Tababela (3 000 metros) es rústico y no es justo un incremento escandaloso; allí no se puede ni sembrar”, agregó.

Soledad Cárdenas, de Cumbayá, también acudió al Centro y más que enojada, estuvo con la mano en la pena. Con la voz chiquita narró que tiene un predio de tres hectáreas, junto a una quebrada. No siembra porque la tierra no da.
Lloró cuando recordó que la propiedad está en Tumbaco y el 2017 le salió USD 5 000 por pagar, pero ahora subió a 15 000.

Cuando le tocó su turno, doña Soledad se acercó a la ventanilla y contó su caso. Unos minutos después salió con la novedad de que tenía que hacer unos trámites para dividir los bienes con su exesposo (José Pérez). La mujer de 71 años solo lloró como una niña.

Alfonso Guamán, vecino del barrio Landázuri (en Calderón), fue otro contribuyente molesto. Cruzó media ciudad para que le expliquen porqué por su terreno de 3 000 metros le toca pagar USD 423, si el anterior canceló 185.

¿Habrá obras alrededor de su predio? Qué va, dijo tajante. Y agregó: “El Municipio no ha hecho nada de obras. Si no hay alguna rebaja, tocará pagar con el dolor del alma”.

Con la mano en la pena también estuvo María Muñoz, vecina del barrio Chilibulo. Fue a reclamar junto a uno de sus cuatro hijos. El año anterior pagó USD 48 por su terreno de 150 metros y una casita de dos pisos, y ahora le subieron a 111.

“Y no pueden decir que se realizaron mejores en el barrio porque lo mismo está”, aseguró la mujer. “Es más, la luz y el agua lo comparto con el vecino del frente”.

Cuando fue a reclamar, en la ventanilla le dijeron que así evaluó el catastro. Pero doña María preguntó: “Y cuándo habrán ido porque nunca vi a ningún técnico por ahí”. Además, “la casa lo mismo está: vieja y destartalada”. Agregó que “mucha gente del barrio está con el mismo problema”.