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26 de mayo de 2021 18:29

La Luz acoge a caseritos de El Tejar

La plataforma funciona martes y sábados. Está en la Jijón y Ramos. Foto: cortesía de la Agencia Distrital de Comercio

La plataforma funciona martes y sábados. Está en la Jijón y Ramos. Foto: cortesía de la Agencia Distrital de Comercio

Betty Beltrán
(I)

Es gente emprendedora y desde hace medio año venden sus chalinas, blusas, pijamas, gorras, tejidos, zapatos… en la bautizada Plataforma La Luz.

La plataforma se encuentra ubicada en las calles Jacinto Jijón y Caamaño y Rafael Ramos.

No es que a dedo se pusieron en ese sector del norte de Quito. Antes, los comerciantes tuvieron varias conversaciones con el Municipio para usar ese sitio, adonde acuden todos los martes y sábados, entre las 06:00 y 14:00.

Cuando aún no aclara el día, unos 60 productores directos llegan con sus mercancías a ocupar sus puestos y esperar a que lleguen los clientes.

Los vendedores forman parte de la Asociación de Mayoristas de Textiles Sierra Norte, que aglutina a 750 emprendedores.

En un inicio, toditos se fueron hasta La Luz; sin embargo, en la primera de bastos se regresaron a su antiguo lugar de trabajo, en las áreas comunales del centro comercial El Tejar, localizado en el Centro Histórico.

Por algo más de 20 años estuvieron allí haciendo negocio al por mayor. Pero, ante la pandemia y por la necesidad de tener un sitio con más comodidad y seguridad decidieron apostar por la Plataforma La Luz, recuerda Edwin Rivera, el coordinador de la Asociación.

Conseguir un sitio para las ventas en el norte de la capital fue complicado, agrega el dirigente.

“Fueron conversaciones de varios meses con la Agencia de Coordinación Distrital de Comercio. Recién en noviembre del 2020 se logró concretar el traslado, con la condición de que los beneficiarios arreglarían el lugar”, dice Rivera.

La buena noticia fue acogida por todos porque ningún comerciante debía pagar ni un centavo por sus espacios, pero se comprometieron a hacerse pruebas covid-19 cada mes y hacer el techo de una parte que está al descubierto.

Solo con el tiempo y las aguas, cuando todos los socios se acomoden en la flamante plataforma, encementarán el piso y pondrán los 750 puestos de dos metros cuadrados cada uno, que ya están trazados.

Rivera cuenta que una buena parte de emprendedores se regresó a El Tejar porque no quería dejar a sus clientes de años. Además, “porque no hubo la promoción del nuevo sitio de parte del Municipio”. Afirmó que ese fue el compromiso de la Agencia de Comercio.

Por eso, agrega el dirigente, poco se vende en La Luz y a veces no sale ni para la comida del día. En El Tejar, en un día de feria y en tiempo de pandemia, se hacía en el peor día USD 50.

Quienes se quedaron en La Luz “son los valientes”, apostilla Rivera. Los que saben que, a la corta o a la larga, ese lugar les dará una mejor calidad de vida para la venta y, así, ya no estar amontonados en los pasillos de El Tejar.

Los comerciantes invitan a la ciudadanía ir con confianza a la plataforma porque es un espacio abierto, en donde cada comerciante tiene el lugar suficiente para exponer su mercadería y que la clientela se mueva a sus anchas. Además, se cumple con las medidas de bioseguridad: se toma la temperatura y se coloca alcohol en las manos.

María del Carmen Pila confecciona vestidos para niñas y cuenta que “en El Tejar no se podía exhibir la mercadería, teníamos un espacio ñarra. Aquí me siento cómoda, ya no tensa”. Y encima, cuentan con parqueadero a la mano.