Otro plantón por el Centro Histórico
Que ya no dan más. Que el corazón de Quito, el Centro Histórico, está agonizando y urge una intervención integral. Que, por Dios, hagan algo y no solo los operativos coordinados que, hasta este domingo, se realizarán en este punto.
Las frases son de los dirigentes que el 1 de septiembre del 2020, a media mañana, protestaron por tercera semana consecutiva a causa de la problemática que asola a este sector. Pablo Buitrón, coordinador del Frente de Defensa del Centro Histórico, aseguró que el tema de la inseguridad se desbordó, pero también preocupa el problema de la accesibilidad.
Hay un tercer punto. La reactivación económica, que al igual que los dos aspectos anteriores, está exigiendo la vecindad.
Agregó que las medidas que las autoridades han adoptado son positivas, pero deben ser sostenidas en el tiempo, que los proyectos no sean solo por temporada. El problema debe ser abordado a fondo.
Desde el lunes se activó el Plan Operativo Emergente para combatir la inseguridad, con personal de la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas, las agencias metropolitanas de Control (AMC) y Tránsito (AMT), así como los agentes metropolitanos y la Secretaría de Inclusión del Municipio.
Según César Díaz, secretario de Seguridad del Municipio, la idea es precautelar la seguridad y la protección ciudadana en ese sector, ya que la gente se encuentra consternada por los hechos delictivos reportados allí. Los que causaron mayor conmoción fueron los asesinatos de dos personas en apenas cuatro días, el 14 y 18 de agosto. Por eso, los vecinos y dueños de locales organizaron dos plantones de protesta en contra de la delincuencia.
El de ayer fue el tercero, desde San Francisco hasta la Plaza Grande, para reclamar “por la grave situación que estamos viviendo en rechazo al manejo equivocado en materia de seguridad y movilidad por parte de las autoridades”, se indicaba en la convocatoria.
La presencia policial es bien vista, pero -insistió Buitrón- “queremos reactivación y un Centro Histórico accesible, con una peatonalización solo el fin de semana, cuando aumenta el número de personas”.
Los comerciantes que tienen sus negocios en el Palacio Arzobispal mencionaron que les da mucha pena lo que pasa en el Centro, todo “está vallado y permanece como si fuera una zona de guerra, lo que no permite trabajar”.
Dijeron que no están en contra del comercio autónomo, porque son conscientes que la pandemia deja secuelas y deben ser solucionadas, pero hay mucho descontrol y caos.
Frente a todo eso, los manifestantes solicitaron al Alcalde un verdadero proyecto de seguridad, porque “los vecinos (comerciante y residentes) del Centro tienen derecho a la movilidad y al buen vivir”.
En el primer día de operativos, que arrancó el lunes, las autoridades retiraron a 37 libadores, emitió siete sanciones por mal uso de salvoconductos y 19 notificaciones por no uso de mascarilla. También desalojó a 215 vendedores informales y controló 62 aglomeraciones en espacios públicos.
