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6 de noviembre de 2017 08:32

Patuloma llora a Pedro, famoso por sus voladores

Una familia de 12 integrantes perdió su vivienda en la explosión del taller de volatería en Patuloma. Foto: Cristina Márquez / ÚN

Una familia de 12 integrantes perdió su vivienda en la explosión del taller de volatería en Patuloma. Foto: Cristina Márquez / ÚN

Cristina Márquez

Un fuerte estruendo estremeció a los habitantes de la comunidad Patuloma, en Pelileo, cerca del mediodía del sábado pasado. La explosión de un taller artesanal de fuegos pirotécnicos y volatería acabó con la vida de Pedro Masaquiza, de 51 años, y dejó a su familia de 11 integrantes sin casa.

El fuerte sonido que causó la explosión irrumpió en la calma del pequeño poblado, con casas dispersas y calles de asfalto, y se escuchó hasta la cabecera cantonal (a 15 minutos). Los habitantes son de la etnia Salasaka y se dedican a la agricultura y a la ganadería.

El único con un oficio fuera de lo común era Pedro Masaquiza. Sus vecinos lo recuerdan por su habilidad para transformar pólvora, carrizos y papel mezclado con engrudo, en coloridos adornos y fuegos pirotécnicos que describen como una auténtica obra de arte.

“Era un buen hombre, colaborador. En las fiestas de la comunidad nunca faltaban los chisperos y los voladores que él fabricaba en su casa… Con su oficio mantenía a su familia”, dice María Guamán, una vecina.

Nadie recuerda con exactitud cuando se inició el negocio, pero saben que Pedro aprendió el oficio desde su adolescencia. Hasta su casa, situada en un espacio aislado de la comunidad, llegaban los priostes de los festejos navideños y organizadores de fiestas populares de varias provincias del país.

Él elaboraba la volatería artesanal en su casa, una infraestructura pequeña construida sobre unos 30 metros cuadrados, con bloques y zinc. Después de la explosión, ninguna pared de la vivienda quedó en pie.

La explosión fue tan fuerte que ningún electrodoméstico o mueble de madera quedó completo. En el espacio donde antes estaba la vivienda de la familia Masaquiza, hoy sólo hay escombros.

Según un reporte preliminar de la Policía Nacional, la gran cantidad de pólvora y la manipulación empírica del material explosivo causó el fatal accidente. De ahí que el personal del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) y rescatistas del Cuerpo de Bomberos trabajaron en la recuperación del cuerpo de Pedro durante unas tres horas.

Es que debido a la explosión el cuerpo se desmembró. Los rescatistas contaron que algunas extremidades estaban en los árboles y otras en la vía.
Otros cinco miembros de la familia estaban en el interior de la vivienda cuando ocurrió el accidente. María Caiza, esposa del fallecido, resultó con algunas heridas leves y golpes, al igual que su hijo Franklin.

Ellos fueron dados de alta unas horas después de ser trasladados al Hospital de Ambato. Pero sus hijos menores, Junior de 12 años, Tupak de 11 y Jhony de 10, permanecen hospitalizados por quemaduras de segundo grado, golpes y laceraciones.

Los vecinos alertaron al Servicio de Emergencias ECU 9-1-1 de Ambato y ayudaron a la familia a salir de los escombros mientras llegaban los paramédicos. “Parecía que salían de una guerra, estaban bañados en sangre”, comenta un grupo de comuneros que observaba la zona del desastre.

Tras la desgracia, la familia no sabe dónde los recibirán cuando sean dados de alta y cómo financiarán su manutención. “Son bien pobres y lo perdieron todo. Necesitan ayuda y un albergue”, comenta Patricia Masaquiza, una sobrina del fallecido.

Los dirigentes de la comunidad organizaron una colecta de dinero en la que participaron todos los vecinos. También se colocó un cesto de mimbre con un rótulo sobre el ataúd de Pedro e indica: “Ayuda solidaria”.

El funeral del hábil artesano se realiza en la casa de un vecino. La gente colocó sobre el patio una carpa, flores silvestres y velas, para improvisar una sala funeraria. El entierro se realizará hoy, a las 14:00.