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16 de agosto de 2018 09:45

Iban de paseo a Quevedo...

Los féretros para los cadáveres de los ecuatorianos fallecidos llegaron a Medicina Legal.

Los féretros para los cadáveres de los ecuatorianos fallecidos llegaron a Medicina Legal.

Diego Bravo


Habían salido de Lago Agrio en el Trooper. Se iban de vacaciones a Quevedo cuando la muerte los sorprendió en la vía Pifo-Papallacta la madrugada del martes 14 de agosto del 2018.

Ese vehículo fue embestido por el bus de placas colombianas que, aparentemente, perdió los frenos en plena bajada.

Los familiares de las personas que viajaban en el Trooper estuvieron la mañana de ayer en la Morgue de Quito. Uno de ellos, Ángel Guerra, contó que en el vehículo iban ocho personas: cinco menores de edad y tres adultos.

El pariente asegura que fueron dos ocupantes del carro quienes perdieron la vida en el accidente. Ayer, autoridades informaron que tres personas que viajaban en el auto habían fallecido. Guerra cuenta que los dos fallecidos eran menores de edad: uno de 3 años y el otro de 15. Este último era su sobrino.

Los familiares realizaban trámites para llevar los cuerpos a Lago Agrio, en Sucumbíos, donde vivían.

“Hacemos los trámites en Medicina Legal, luego iremos al Registro Civil para luego ver el traslado por la tarde”, contó, consternado, al mediodía de ayer.

Añadió que la comunidad de Lago Agrio quiere ayudar y donar los féretros.
Él conversó con sus familiares que resultaron heridos. Una tenía problemas en la pelvis, aseguró.

“Ellos venían a una velocidad moderada. Luego sintieron el golpe en la parte posterior del vehículo. El bus lo arrastró un kilómetro”, aseguró Guerra.

Víctor Chamba, otro familiar, pidió a las autoridades de Medicina Legal que les apoyaran para llevar los cadáveres a Lago Agrio. “Tenemos a todos nuestros parientes heridos”, contó.

Su voz se quebraba al recordar lo sucedido. Chamba se enteró de la tragedia a través de una llamada telefónica. “No hay palabras para expresar lo que siento”, atinó a decir.

Gabriela Guerra es prima del adolescente fallecido. Buscaba que las autoridades les facilitaran un carro fúnebre para ir a la capital de Sucumbíos. Le preocupaba que los cadáveres se descompusieran en el trayecto. “Queremos llevarlo, ya sus familiares lo quieren ver”, decía.

En Medicina Legal les explicaron que no tenían cómo ayudarles directamente con esos pedidos.

Los familiares del adolescente lo recordaron como una persona amigable. “Él nació en Quevedo, pero su vida la hizo en Lago Agrio. Allí lo quieren mucho y lo necesitan allá”.