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21 de diciembre de 2018 09:28

Padres de joven hallado en una quebrada no creen que se haya suicidado

Juan Carlos Lincango y su esposa Erlinda acudieron a la Fiscalía. Foto: Galo Paguay / ÚN

Juan Carlos Lincango y su esposa Erlinda acudieron a la Fiscalía. Foto: Galo Paguay / ÚN

Diego Bravo
(I)

Los padres de Angelo Santiago Lincango, de 20 años, viven una pesadilla desde el jueves 13 de diciembre del 2018. Ese día, su cadáver fue hallado al fondo de la quebrada de Gualo, ubicada en el oriente de Quito.

Lo último que se supo de él fue que el lunes 11 estuvo junto a una exenamorada en un bar cerca de la Universidad Central bebiendo cerveza. Luego, ambos tomaron un taxi para dejar a la chica en su casa de Llano Chico, y luego el paradero del joven fue desconocido.

El hecho fue reportado en la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased). En su informe prelimilar, la entidad presume que “a consecuencia de terminar con su novia habría tomado la decisión de saltar del puente”.

La familia del joven no cree en esa conclusión. Angelo tenía metas y sueños profesionales por cumplir, nunca dio muestras de tratar de quitarse la vida. Cursaba el último nivel de la carrera de director técnico en el instituto de la Federación Ecuatoriana de Fútbol. Su objetivo era dirigir en el extranjero, y soñaba en construirle una casa a su madre luego de proclamarse campeón como entrenador en una importante liga del balompié internacional.

Juan Carlos Lincango, padre del joven, pide a la Policía que las investigaciones se realicen con mayor celeridad, y se revisen los videos de las cámaras de seguridad de los alrededores del puente de Gualo para verificar si su hijo se arrojó por su cuenta o si otras personas lo hicieron.

Los papás de la víctima además les llama mucho la atención que, en la autopsia, el chip del celular del fallecido fue encontrado en su esófago. “Algo hubo que lo estaban persiguiendo y al verse amenazado… hay información en ese chip.
Entonces se lo tragó y al teléfono nunca lo soltó de su mano, le botaron con todo al vacío”, precisó Lincango.

Erlinda Cóndor, mamá de Angelo, fue la última persona con quien él se contactó a las 19:00 del 11 de diciembre. Le escribió un mensaje de texto: “pilas, pilas mayor. Ya llego a la casa jajaja”. Ante eso, los padres piden que se investigue el hecho con mayor profundidad, pues no creen que se haya suicidado.

Los progenitores también solicitaron a los policías que indaguen unas supuestas amenazas que su hijo habría recibido antes de morir.