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30 de abril de 2019 10:02

El nuevo Arzobispo de Quito irá a los barrios

Alfredo José Espinoza Mateus durante una rueda de prensa, ayer, 29 de abril del 2019, en el Palacio Arzobispal. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Alfredo José Espinoza Mateus durante una rueda de prensa, ayer, 29 de abril del 2019, en el Palacio Arzobispal. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Betty Beltrán
(I)

Tiene rostro de bravito, pero es afable y hasta chistoso. Mientras se conversa con el nuevo arzobispo de Quito, monseñor Alfredo José Espinoza Mateus, insiste en que es un hombre mariano. A los cinco años fue consagrado a la Virgen María.

El religioso salesiano, nacido el 22 de abril de 1958 en Guayaquil, llegó a Quito casi cuatro semanas después de conocerse la designación de su cargo por decisión del papa Francisco. Él era el obispo de la Arquidiócesis de Loja, y dejó esa ciudad con el corazón roto; pero en esta nueva etapa está “confiado en el Señor y esperanzado en todos”.

Cuando vino de Loja se trajo a la Churonita, ¿ahora será devoto de la de El Quinche?

María es una sola; soy un hombre mariano. Tengo una imagen de la Virgen del Cisne en mi casa, pero ahora comenzará a caminar con la Virgen de El Quinche y seré el primero y mayor propagador de esta devoción. La devoción por María debe entenderse como el camino, el puente que nos lleva a Jesús.

¿El Arzobispo estará en la calle, en las parroquias?


Ya tengo pensadas las primeras salidas, no las digo aún porque quiero darles la sorpresa el jueves (día de la posesión); iré a los barrios. La Diócesis de Loja no es tan extensa como la de Quito, pero los caminos lojanos son llenos de precipicios, de curvas… y los conozco todos. Llegué a todas las parroquias, a los barrios en donde jamás se había llegado y la alegría de encontrarse con la gente llena el corazón. En Loja tienen una expresión muy bonita para el obispo: el obispito.

¿Conoce Quito?

Aquí he vivido 13 años de mis 42 años de vida religiosa. Aquí estuve en mi etapa de formación: Filosofía, Pedagogía, Teología, luego estudiando una maestría y posteriormente como ecónomo de los Salesianos.

A usted que es costeño, ¿el frío le hará mella?

Viví 10 años en Riobamba, así que estoy bien curtido. No me afecta el frío, también me gusta como el calor. Tengo sangre huancavilca, orgulloso de ser guayaquileño, pero ahora haré mía esta tierra.

Y como buen huancavilca, ¿hará gala de su rebeldía?

Todos estamos llamados a ser profetas y el profeta anuncia y también denuncia situaciones.

¿Cómo afrontará su trabajo en el arzobispado?

Yo tengo tres líneas pastorales y son del papa Francisco. La primera es actitud de salida; la segunda es cercanía, porque solo siendo cercano haces conocer la ternura de un Dios. Y la tercera, ser misericordioso. Esas son las líneas pastorales y espero seguir viviéndolas. Vengo a Quito para eso, no soy diferente por venir a Quito, continúo mi misión en otro sitio, más grande, más complejo, más difícil. La Arquidiócesis de Quito (que abarca toda la provincia de Pichincha) tiene unos tres millones de habitantes, y la provincia de Loja es mucho más pequeña. Pero aquí estoy para dar la vida como debe hacer todo pastor.

¿Por dónde empezará?

Siempre uno comienza en la relación con los sacerdotes, ahí son los primeros puentes que hay que construir. El arzobispo es un padre para sus sacerdotes.

¿Están descarriados?

No, eso no digo, pero siempre se hace eso. Porque soy nuevo y tengo que conocerlos. Siempre me gusta llamarlos por el nombre, lo he hecho en mi vida de educador. Todavía Dios me da memoria, todavía no me visitan los dos amigos: ni el alemán con el Alzheimer ni el italiano con el franco deterioro. En un colegio de mil alumnos, yo les llamaba por el nombre a 800 ó 900 estudiantes. Llamar por el nombre es cercanía.

¿Cuáles serán los primeros pasos con los fieles?

Igual, apostar a la cercanía, que sepan que tienen un Arzobispo cercano, al que pueden llegar y confiar. Haré un llamado a ese compromiso de vida cristiana. Hay que evangelizar y salir, no solo yo, todos tenemos que salir. Si somos católicos y creyentes todos tenemos la misión de llevar el evangelio y propagar la buena noticia. Las mujeres fueron las primeras que propagaron la buena noticia de Jesús resucitado.

Posesión

El próximo jueves, 
a partir de las 18:00, se cumplirá la eucaristía de posesión canónica del prelado, en la Catedral Primada de Quito. Asistirán obispos y sacerdotes de todo el país.

Alfredo José Espinoza se hace cargo de la Arquidiócesis de Quito (que abarca toda Pichincha) donde hay 400 sacerdotes de clero secular y religioso.

Al Arzobispo se le puede solicitar la creación de una nueva parroquia, el cambio de un sacerdote o la continuidad de alguno.

Con la llegada de monseñor Espinoza, Mons. Fausto Trávez pasó a ser arzobispo emérito de Quito, la misma dignidad que tiene el cardenal Raúl Vela.