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1 de septiembre de 2020 07:20

Un nuevo año para los peques

Raffaela Guerrero empieza el primer año, mientras que Nicolás Vásquez empieza el segundo. Fotos: cortesía

Raffaela Guerrero empieza el primer año, mientras que Nicolás Vásquez empieza el segundo. Fotos: cortesía

Ana Guerrero. (I)

Josué tiene 4 años y 10 meses, culminó el ciclo inicial dos. Es hijo único. Este año, en medio de la pandemia, no volverá a clases. Mireya, su madre, comparte que en casa consideran que para la edad que tiene es desgastante seguir el proceso a través de un computador.

A diferencia del pequeño, según datos de la Subsecretaría de Educación de Quito, este año regresan: fiscal 418 686, particular 168 627, fiscomisional
23 327, municipal 18 402. Pasaron al sistema educativo fiscal 19 682.

En el caso de Josué, al ser tan pequeño, su madre piensa que necesita que un adulto esté 100% con él a la hora de recibir las clases virtuales. Y que, claro, asistir presencialmente es un riesgo muy alto. “Por su corta edad aún no comprende la necesidad de usar una mascarilla y mantenerse alejado de las personas. Los niños aprenden con sus manitos e interactuando”.

Así que la madre menciona que prefieren dedicar este tiempo a enseñarle valores y aspectos que le serán útiles para toda la vida, como la organización de horarios, aseo personal, colaboración, etc.

Nicolás Vásquez, en cambio, hoy empieza oficialmente su camino en la escuelita. Arranca el segundo año de educación básica.

Responsable, dedicado y entusiasta. El niño de 6 años comparte con sus padres la inquietud sobre un posible regreso a las aulas. En medio de la pandemia, le preocupa los contagios.

Cristina Torres, mamá del pequeño, le explica que las jornadas serán virtuales, igual que en los últimos meses del año lectivo pasado. Otra de las inquietudes de Nicolás es sobre cómo conocerá a su profe.

No todos los niños volverán a las clases. Foto: cortesía

No todos los niños volverán a las clases. Foto: cortesía

Cristina, docente universitaria, y otros padres del plantel al que asisten sus dos hijos solicitaron a las autoridades del sitio que en el caso de los más peques se mantenga la maestra. La razón: los menores tuvieron la oportunidad de conocerla de forma presencial. “Los niños se demoran en tomar confianza y más en esta modalidad (virtual) para que, por ejemplo, pregunten algo que no entendieron”.

Esto es vital para la madre, pues -cuenta- ella y su esposo están en la modalidad de teletrabajo y el año lectivo anterior la mayor parte del tiempo Nicolás debía recibir la clase solo.

Ellos le preparaban el material que la maestra solicitaba con anticipación y él, con la responsabilidad que le caracteriza, atendía y realizaba todos los trabajos. A pesar de la virtualidad, le gustaba estar en la clase.

Raffaela Guerrero, de 5 años, también regresa a clases a través de la pantalla de un computador. Va a primero de básica y al igual que Nicolás se adaptó a las jornadas virtuales. En casa, las actividades se complementaron con pintura. Han combinado las diferentes ocupaciones para aprovechar el tiempo en casa, y compartir en familia.

Alicia López, mamá de la pequeña y de un niño de 13 años, cuenta que este año les toca hacer una inversión en dos computadores, pues todos en casa deben usar un equipo. Ella es empleada bancaria y su esposo ejerce la Contabilidad.

En la Sierra-Amazonía, el año empezará con el Plan Educativo Aprendemos Juntos en Casa. Según el Ministerio de Educación, alrededor de 6 473 establecimientos contarán con 99 982 docentes.

En los públicos, las matrículas extraordinarias será del 7 de septiembre al 14 de enero del 2021 (https://juntos.educacion.gob.ec).