Más de 1 500 niños trabajan en Quito
Una moneda lo único que hace es truncarle el futuro. Esta frase es una suerte de lema en el Patronato San José, en la lucha por erradicar el trabajo infantil. Equipos de la institución, que recorren a diario la ciudad, han identificado más de 1 500 casos de esta problemática social.
Esta es una realidad patente en Quito. Aunque las acciones para erradicarla progresivamente son permanentes, unos niños salen de esta dinámica y otros entran.
Pero no se rinden. La presidenta del Patronato San José, María Fernanda Pacheco, expone un panorama real: Quito es receptora de trabajo infantil. Es decir, recibe niños de otras provincias, principalmente de Cotopaxi, Tungurahua y Chimborazo.
El sector de La Mariscal es un ejemplo de dicha situación. Se ha identificado que del total de menores trabajadores, el 42% proviene de Quito y el resto, de otros puntos, como Riobamba, Ambato, Colta...
Las administraciones zonales donde el trabajo infantil es más recurrente, indica Pacheco, son Centro, Eloy Alfaro y La Mariscal. En la primera se han detectando alrededor de 1 030 niños; en la segunda, 486 y en la última, 354.
Estas cifras, en los mercados, por ejemplo, se mueven según los días de feria. En este grupo están los menores de 15 años. En el Mayorista, según datos levantados por la ONG DYA existen 195 niños en situación de trabajo infantil.
Para tener datos más certeros sobre la situación en la capital, este año, mediante un convenio de cooperación con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se levantará una línea base.
Más allá de las estadísticas, las acciones para cambiar el panorama son diarias y, apunta Pacheco, tienen tres ejes principales: los niños, sus familias y la ciudadanía. En el primero, la premisa es concienciar a los peques de sus derechos.
El objetivo es ir, cada vez más, quitándole tiempo al trabajo de los pequeños. En Quito, un enganche son las cuatro escuelas de fútbol, las actividades en la Casa de la Niñez 1, Guaguas Quindes, Guaguas Centros, CMI... En cada una reciben atención de profesionales y comparten con otros niños.
En la urbe está vigente la Ordenanza 241, que prohíbe que una persona esté acompañada por un menor en actividades lucrativas o de mendicidad. Sin embargo, para Pacheco, se requiere una revisión de esta normativa.
