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12 de junio de 2018 10:36

Ya no hay nicho para tanta gente

El cementerio de Tulcán fue declarado, en 1984, Patrimonio Cultural del país. Foto: archivo ÚN

El cementerio de Tulcán fue declarado, en 1984, Patrimonio Cultural del país. Foto: archivo ÚN

Washington Benalcázar
(I)

Unos adhesivos con la frase ‘próximo a exhumar’ resaltan en varios nichos del cementerio patrimonial de Tulcán (Carchi).

La orden de retiro de los restos es para contar con espacios, ya que el camposanto solo dispone hoy de 260 espacios, entre nichos y mausoleos en la parte central, el único sitio libre.

Actualmente hay 16 000 tumbas, por lo que prácticamente está copado en su capacidad. Así explica Gabriela Vivas, administradora del panteón municipal, el único de Tulcán.

La notificación de exhumación es para 403 tumbas; los familiares no han pagado por arriendo o venta de las bóvedas, en algunos casos desde 1967. Solo tienen plazo hasta julio; las notificaciones se han hecho en periódicos y radios.

Eso permitió que hasta el 8 de junio se acercaran 100 ciudadanos a cancelar por el uso de los nichos y las tumbas. Ayer, 11 de junio del 2018, la orden de exhumación se redujo a 303 sepulcros.

Los restos no reclamados se guardarán en fundas plásticas con los nombres, fechas y sitio en donde estaban sepultados.

Cuando no se ha podido ubicar a los parientes se pega una hoja sobre la lápida de la tumba, anunciando que las osamentas serán retiradas. Hace seis años se realizó una exhumación de 175 restos.

“Es terrible que haya personas que se olviden de sus seres amados. El cariño también se mide en la decoración de las lápidas”, comentaba Concepción Martínez, mientras colocaba flores rojas en la tumba que comparten sus progenitores, Isabel y Luis.

Vivas explica que el arriendo de un nicho, por cinco años, cuesta USD 67. Mientras que la venta para su uso perpetuo es 210. Para quienes prefieren construir mausoleos hay espacios de USD 400, ubicados en el Parque de los Recuerdos.

Para Vicente Almeida, del Colegio de Arquitectos del Carchi, lo que la urbe requiere es un nuevo cementerio, antes que adecuar espacio en las ocho hectáreas que ya quedan estrechas.

El dato. Según la Ordenanza Municipal que regula el ordenamiento del cementerio, se puede esperar hasta seis meses, desde la sepultura, para que los deudos cancelen por las tumbas.