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27 de junio de 2019 08:55

Cuatro días al hilo de música nacional

Algunos de los alumnos de la Escuela, afuera del Museo del Pasillo (García Moreno y Bolívar). Foto: Betty Beltrán / ÚN

Algunos de los alumnos de la Escuela, afuera del Museo del Pasillo (García Moreno y Bolívar). Foto: Betty Beltrán / ÚN

Betty Beltrán
(I)

No llegaron obligados a la Escuela del Pasillo, menos se quedaron por una nota. Los 150 alumnos que aprenden allí, y gratuitamente, siguen en su empeño porque les gusta la música tradicional ecuatoriana. Y tras su primera fase de aprendizaje, llegó el show en vivo.

Por eso andan con nervios. Desde la semana pasada, los 35 ensambles que se formaron están en los ensayos y en las fotos de rigor para promocionar el espectáculo que durará cuatro días (28, 29, 30 de junio y 1 de julio) en La Cantina, aquel espacio donde se arman los shows del Museo del Pasillo, y está ubicado en la esquina de la calles García Moreno y Bolívar, en el Centro Histórico de Quito.

En el tercer piso de aquel edificio es donde reciben las clases los alumnos de la Escuela, de entre 7 y 55 años. Aunque en menos de un mes estrenarán su propia casa por una gestión de la Presidencia de la República, indica Cristian Naranjo, director de la Escuela del Pasillo.

Todos los alumnos están divididos en siete instrumentos: guitarra, requinto, piano, arpa, canto, bandolín y acordeón. Estos dos últimos fueron los que menos afición tuvieron, pero a la hora de la verdad son los que más disfrutan; actualmente hay 14 bandolines y todos tocan.

Los niños, jóvenes y adultos que lograron entrar a la Escuela fueron afortunados porque encima de que no pagan ni un dólar, el cuerpo de profesores que tienen es de lujo. Allí está, por ejemplo, Eduardo ‘Chocolate’ Morales, Wilson Pérez, Mario Godoy, Carlos Grijalva, Mauricio Viteri…

De aquello da cuenta Jaime Lárraga, alumno destacado de la Escuela. Él está aprendiendo toda la ejecución del requinto y adicionalmente la materia de la voz, el solfeo y la historia de la música. Esta experiencia le motiva tanto, y es que le permite ampliar su conocimiento a los géneros musicales ecuatorianos.

En total son 10 maestros de amplia trayectoria. Las clases magistrales no se quedan atrás, a veces van Consuelo Vargas, Paco Godoy, entre otros grandes artistas. Y esa es otra de las fortalezas, según Lárraga, porque dentro de la Escuela se tiene “a la crema y nata de los géneros populares del Ecuador y eso es realmente para agradecer en el alma”.

Como todo está servido, los alumnos son bien aplicados. No hay ruditos porque, anota Naranjo, “la gente que está aquí no fue obligada a venir. En una escuela hay que pasar el año y si no le gustó, se fregó. En la Escuela del Pasillo están los que les gusta, los de a de veras…”.

El curso dura tres ciclos, cada uno de tres meses. Falta uno y terminará el aprendizaje de este grupo, cuyo 80% de alumnos se anotó para lanzarse al ruedo y compartir sus experiencias musicales con la comunidad. Para ello se formaron los ensambles.

Todos se medirán en cuatro funciones gratuitas: el viernes 28, sábado 29, domingo 30 de junio, y el lunes 1 de julio, desde las 15:00. Eso será un aliciente al esfuerzo de los alumnos y sentirán cómo es presentarse ante el público. Y que las fuerzas y el talento les acompañen porque el público es noble, pero también cruel.

Como se les dio toda la libertad del mundo, ellos mismos escogieron el repertorio que presentarán en el escenario de La Cantina del Museo del Pasillo. Si se anima a asistir a los shows, no se olvidará de llevar el pañuelo porque a más de los bellos pasillos, se escucharán los eternos sanjuanitos, pasacalles, albazos...