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12 de mayo de 2020 11:36

El Municipio estrena pruebas

Los trabajadores de Emaseo fueron los primeros seleccionados para tomar las muestras.

Los trabajadores de Emaseo fueron los primeros seleccionados para tomar las muestras. Foto: Eduardo Terán / ÚN

Ana María Carvajal
Redactora (I)

Un hisopo grandote, de unos 10 centímetros de largo, entra por la nariz de un paciente al que se le va a tomar una prueba PCR para averiguar si tiene covid-19 o no. Solo personal médico capacitado puede encargarse de la tarea de llegar hasta el punto exacto en donde se puede tomar una muestra nasofaríngea y tener la cantidad suficiente para analizarla en el laboratorio.

Ayer el Municipio empezó a correr las pruebas que compró y llegarán primero a 7 000 funcionarios municipales que han estado en calles, mercados, focos de infección y demás para saber si hay contagiados, recuperados o gente que ya ha generado anticuerpos. La semana pasada murió el segundo empleado de Emaseo por el virus. Según Yolanda Gaete, su gerente, ya hay más de 50 ‘soldados azules’ contagiados y otros 150 aislados. Por eso, la Secretaría de Salud estrenó sus pruebas con ellos.

Ayer se realizaron las primeras toma, pero, ¿cómo es el procedimiento? Lenín Mantilla, secretario de Salud, explica que 20 personas de esa entidad municipal fueron capacitadas para la toma de muestras y se moverán en unidades móviles que tiene el Cabildo, con ‘coolers’ que permiten transportar las pruebas dentro de la cadena de frío. Cada una tiene una identificación de código de barras que permite garantizar la identificación de a quién pertenece.

El laboratorio encargado de procesar las primeras pruebas es el de la Universidad Central. De momento, allí se pueden procesar unas 250 pruebas diarias.

Lucy Baldeón, directora del Instituto de Investigación de Biomedicina de la ‘U’, explica que ahora usan unos kits para extracción manual de ARN, lo cual, dependiendo del kit, toma entre 30 minutos y una hora. Este tiempo depende de la capacidad de la centrifugadora. En su laboratorio, por ejemplo, permite colocar 24 pruebas por vez.

Pero el Municipio compró seis equipos, según Mantilla. Tres son para procesar las muestras y otros tres son para extraer semiautomáticamente el ARN de ellas. Con estos últimos, dice Baldeón, se reduciría el tiempo de ese proceso a la mitad o menos.

Después de aplicarlas en el personal municipal, se llegará a la gente que está en barrios con muchos contagios del virus y la cantidad irá creciendo a diario, cuando más laboratorios trabajen en esto, hasta llegar a unas 1 000 pruebas diarias.

Pero hay gente que se siente ‘maluca’ y tiene miedo de estar enferma. ¿Cómo puede acceder por su cuenta a una prueba? La ‘doc’ Baldeón dice que la gente no puede pedir así no más una prueba, sino que un médico debe hacer un pedido del examen. Este no viene solito, sino que debe estar acompañado de una hoja epidemiológica, que permite llevar un control tanto de quien se somete a la prueba como de la gente con la que ha estado en contacto.

Se puede hacer una PCR quien tiene síntomas que le hacen sospechar estar con covid-19 y su círculo cercano. También quienes han estado con gente contagiada o que se presume tiene el virus. Muchos laboratorios autorizados dan servicio a domicilio para tomar las muestras.

Pero Baldeón hace un llamado de atención: las pruebas rápidas que se ofertan hasta en la sopa no son un juego y no deben tomarse como método de diagnóstico. Esas se usan para hacer un ‘screening’, es decir, para saber si una persona estuvo en contacto con el virus y generó inmunidad inmediata o tardía.

Las pruebas rápidas solo resultan de utilidad si las aplica personal especializado y tienen un problema: las de mejor sensibilidad alcanzan hasta un 86% de aciertos en detectar que el virus anduvo por ahí. Otras tienen mucho menor porcentaje. En cambio, las PCR tienen una sensibilidad del 98% y esas sí sirven para diagnosticar.