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13 de septiembre de 2021 17:32

Ruta dulce por los claustros

Las Madres Agustinas tienen combos variados. Foto: Cortesía

Las Madres Agustinas tienen combos variados. Foto: Cortesía

Ana Guerrero

Dulce Jesús Mío se bautizó a una guapa feria de delicias elaboradas por religiosas de los claustros del Centro Histórico de Quito. Esta se desarrolló el fin de semana, en el Carmen Bajo, como parte del Mes del Patrimonio, pero no va a quedar ahí.

Entre las convocadas estuvieron las madres del Carmen Alto, Santa Catalina de Siena, Madres Agustinas y Santa Clara.

En cada uno de esos claustros los vecinos pueden hacer el gasto todo el año de los dulces.

Las novedades del primer monasterio femenino de la urbe se remontan a 1577, el de la Inmaculada Concepción.

En los claustros hay reposteras prodigiosas. Para muestra un botón, en el Carmen Bajo, la priora Raquel de Santa Teresita da cuenta de empanadas con relleno de dulce de guayaba, alfajores, galletas de anís y mucho más.

Religiosas del Convento del Carmen Bajo. Foto: Cortesía

Religiosas del Convento del Carmen Bajo. Foto: Cortesía


Hay de todo precio, desde USD 1 hasta USD 4. Y se puede hacer pedidos en caso de que quiera una cantidad grande. Eso sí, al menos, con un día de anticipación. Pueden llamar al 258 9979.

En el torno, ubicado del lado de la calle Venezuela ya llegando a la Manabí, la atención es de 09:00 a 11:45 y de 15:30 a 16:45, de lunes a sábado.

La Priora comparte que en esta pandemia crearon galletas de sal, que también van con el condumio respectivo.

En la casa de las Agustinas, en cambio, tienen tres especialidades en lo que a galletas se refiere: de almendras, moncaibas y las denominadas delicados.

Los pasteles no se quedan atrás. Toca pedir con un día de anticipación.

Como detallan desde el claustro, los vecinos interesados en los productos pueden contactarse por Facebook y WhatsApp (099 302 8809).

Galletas, una especialidad de las monjitas. Foto: Cortesía

También hay la opción de acudir al que es conocido como el antiguo templo de la Luna, en la Benalcázar, entre Carchi y Galápagos. Atienden de lunes a sábado, de 09:00 a 17:00.

Por esas mismas vías, las madres Agustinas recogen pedidos de oración.

En el Carmen Bajo habitan nueve religiosas y en el claustro de San Juan, seis. En el primer caso, la Priora lamenta el fallecimiento de una de las compañeras más antiguas, la Hermana Rosa Elena de la Virgen del Carmen.

La religiosa se despidió hace poco más de un mes, a los 106 años. Luego de haber sido parte de la congregación por unos 75.

Y así como las noticias duras no han faltado durante la pandemia, como el fallecimiento de familiares de hermanas, a la vez, ha proliferado la creación.

No ve que los claustros no solo cuentan con cocinas selectas sino hasta con una suerte de laboratorios. Las hermanas le ofrecen productos medicinales, todo natural. El alcohol de eucalipto y la valeriana están en la lista. En el Carmen Bajo, al primero de estos productos le dieron un giro, añadiéndole glicerina. Como para que la gente no ande con las manos hechas lija.

En el caso de las Agustinas, no se queda fuera el kit de rosas: crema, jabón, alcohol y una loción.

En Santa Clara, la hermana Yolanda Cobos da fe de la elaboración de galletas, quimbolitos y otras delicias, principalmente, bajo pedido al 228 6730.
Y ofrecen rosarios.

En el claustro de las calles Cuenca y Rocafuerte, atienden de lunes a sábado, de 09:00 a 12:00 y de 15:00 a 17:00. Son 20 religiosas.

En el Carmen Alto, las cremas están entre las especialidades, para todo tipo de males de la piel y para mantenerse guapeados.