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13 de octubre de 2020 14:54

Los monasterios también sufren

En el monasterio de Santa Catalina de Siena (Espejo y Flores) hay atención. Foto: Diego Pallero / ÚN

En el monasterio de Santa Catalina de Siena (Espejo y Flores) hay atención. Foto: Diego Pallero / ÚN

Betty Beltrán (I)

Los tornos de los monasterios del Centro Histórico de Quito ya no giran como antes. Algunos de ellos están cerrados desde que el covid-19 asoló con fuerza a este sector de la capital. Otros, en cambio, se usan de vez en vez porque hay pocos clientes que van en busca de los productos naturales que allí venden.

Así que el “Alabado sea Jesucristo” o “Bendecido día, madre” muy poco se escucha en esos artefactos que facilitan entregar la mercancía sin que las monjitas de claustro tengan contacto con los vecinos. Se oferta desde jarabes para los resfríos o tos hasta cremas, vinos, galletas…

Las ventas cayeron tanto que en algunos de esos monasterios tienen serios problemas para enfrentar el día a día. La crisis es tal que han pedido ayuda incluso por las redes sociales y solicitan hacer sus pedidos y ellas los mandan a dejar con un precio adicional por el servicio a domicilio.

En ese grave problema están las monjitas agustinas, también las del Carmen Bajo, Santa Catalina de Siena, Santa Clara, Las Conceptas… Todas las religiosas tuvieron que reinventarse para salir adelante en esta crisis.

Las agustinas, quienes viven en el complejo arquitectónico que ocupa la cuadra de la Venezuela y Carchi, tratan de levantar cabeza; ya tienen uno que otro pedido y esta semana están a dos manos elaborando sus productos estrellas: carmelitana para los nervios, jarabe de pichón para la anemia y jarabe de rábano para la tos.

En La Concepción (Mejía y Benalcázar), las ventas se hacen en la puerta. Foto: cortesía monasterio de la Concepción

En La Concepción (Mejía y Benalcázar), las ventas se hacen en la puerta. Foto: cortesía monasterio de la Concepción

También tienen cremas de lavanda para el estrés, de romero para las várices, de azahar para dolores musculares; crema de menta para la migraña... No les faltan los cirios y las golosinas (delicadas, pasteles…).

Si se anima a comprarles a las monjitas agustinas solo tiene que ir a la calle Carchi N1184 y Venezuela, no al torno que está más abajito porque está cerrado hasta segunda orden.

Las religiosas del Carmen Bajo (Venezuela y Manabí), Santa Catalina de Siena (Espejo y Flores 779) y Santa Clara (Cuenca y Rocafuerte) sí están atendiendo en sus tornos, de 09:00 a 11:00 y de 15:00 a 16:30. Allí también hay variedad de productos, desde hostias hasta vinos de consagrar y jarabes para la tos y el resfrío.
Esos mismos productos y más se ofrecen en el monasterio de Las Conceptas (Mejía, entre Benalcázar y García Moreno). Con la coyuntura que vivimos, las monjitas de hábitos blancos elaboraron un nuevo remedio natural y le llamaron jarabe de apoyo en el tratamiento del covid-19.

Está hecho con miel pura de abeja, jengibre, ajo y limón. Y, según la madre Piedad, es lo que más se vende en estos últimos días. Los dos tornos que tienen no están habilitados, así que la venta se hace por la puerta del garaje de la calle Mejía, que tiene una ventanita pequeña; por allí entregan la mercancía que solicitan los clientes.

Hay un timbre para llamar, de 09:00 a 11:30, y 15:30 a 17:30. Todos los productos que tienen a disposición, insiste la madre Piedad, son elaborados con las recetas antiguas de sus antecesoras en el claustro. Y todo es natural y muy efectivos para este tiempo que se requiere estar bien ‘tuco’ para torearle al covid-19.