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30 de enero de 2019 11:24

La momia de Guano vino a Quito

La momia fue sometida a diferentes análisis  en la clínica de la Universidad San Francisco. Foto: Twitter INPC Ecuador

La momia fue sometida a diferentes análisis en la clínica de la Universidad San Francisco. Foto: Twitter INPC Ecuador ‏

Ana Guerrero
(I)

La momia de Guano se encuentra en Quito desde el domingo 27 de enero del 2019 y está siendo chequeada a detalle por el científico forense Philippe Charlier, especialista en el análisis de vestigios humanos antiguos y, precisamente, en momias. Con decirle que hasta ya le hicieron unas placas en la clínica de la Universidad San Francisco. Pero aún faltan análisis.

La mañana de este miércoles 30 de enero, en el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), se pudo ver al científico en acción, junto al equipo de investigadores de la institución ecuatoriana.

Con un microscopio binocular de brazo, Philippe Charlier veía parte por parte a la pieza histórica que fue descubierta en 1949 mientras se removían los escombros causados por el terremoto de Ambato.

La famosa momia fue traída a Quito desde el Museo Municipal de Guano (provincia de Chimborazo).

El científico es originario de Francia y es el director de investigaciones y de estudio del Museo Quai Branly (París) y, según contaron fuentes del INPC, está interesado en hacer otros estudios en Ecuador.

En el caso de la momia de Guano, están previstos exámenes que incluyen un escáner médico, muestras de cabello para un análisis toxicológico y eventualmente genético, así como los análisis binoculares de piel, cabello/vellos.

A través de un cristal se puso observar el trabajo del experto y, además, el buen estado de conservación de la momia, que tenía una especie de pañoleta sujetando la mandíbula.

Él y el resto de técnicos usaban trajes blancos, mascarillas y guantes. No ve que es indispensable mantener intacto el ambiente donde se encuentra la pieza, para, justamente, garantizar el estado de conservación.

La momia de Guano corresponde a restos del franciscano español fray Lázaro de Santofimia (siglo XVI), hallados en el antiguo convento de la Asunción. Por su estado natural de momificación, se convirtió en el primer cadáver en su tipo. “Tras su muerte a los 55 o 60 años, fue enterrado dentro de los muros de la iglesia, restos que quedaron momificados por procesos naturales, en lo que probablemente era una tradición local, lo que permitió a fray Lázaro cuidar de su iglesia después de su muerte”, señala un estudio realizado por el INPC.

El científico es un duro y tiene en su carpeta investigaciones de, por ejemplo, los restos de Adolf Hitler, de Juana de Arco y la reconstitución del rostro de Maximilien Robespierre, entre otros.

Como parte de su visita al Ecuador, Phillipe Charlier acordará la firma de un convenio de cooperación técnica entre el museo del Quai Branly, el Ministerio de Cultura y Patrimonio y el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural. El objetivo es desarrollar una serie de investigaciones en el país. Él está interesado en hacer estudios de varias momias del continente americano.