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27 de abril de 2020 15:50

Maximiliano Barreiro se relajó junto al mar antes de volver a su país

El delantero argentino se mudó de Portoviejo a Manta para pasar la cuarentena junto a la playa

El delantero argentino se mudó de Portoviejo a Manta para pasar la cuarentena junto a la playa. Foto: Instagram de Maximiliano Barreiro

Ronald Ladines

El fútbol pasó a segundo plano para Maximiliano Barreiro. Durante el último mes solo pensaba en su esposa y su hija, a quienes no ve desde hace más de dos meses. Por eso regresó a su país, sin haber concretado su continuidad en Liga de Portoviejo.

Maxi’, que suma dos goles con la camiseta de ‘La Capira’, se subió a un vuelo humanitario el viernes pasado para regresar a Mendoza, localidad gaucha, donde lo esperan su esposa Andrea y su hija Francesca, de 4 años.

El jugador de 35 años cuenta que tenían previsto reunirse en Portoviejo en marzo pasado, pero las restricciones de movilidad que se decretaron en el país, producto del covid-19, trastocaron sus planes. Ellas se quedaron en Argentina, junto a los padres del deportista.

Desde inicios de año vive de sus ahorros, pues según reveló, el club le adeuda el sueldo desde enero. Por eso, cuando inició la emergencia y se suspendió el campeonato, decidió mudarse de la capital manabita a un departamento en Manta, frente a la playa, junto a su amigo Óscar Chong.

El sonido de las olas tranquiliza al deportista, Manta es una de sus ciudades favoritas, luego de lo que fue su paso por el Delfín, en el 2016, cuando terminó la temporada como goleador del torneo local y le sirvió para llegar a Necaxa.

“Creo mucho en Dios y en la energía que da el océano, por eso decidí ir a Manta. Además, el trabajo en la playa me servía para mantenerme bien físicamente”, contó el jugador argentino antes de regresar a su tierra.

Chong –a quien conoció durante su paso por el Delfín- le hizo compañía durante el aislamiento, en los horarios permitidos realizaban pesca de arrastre o jugaban fútbol tenis. Juntos decidieron recorrer las calles del balneario manabita y de Portoviejo entregando víveres.

Uno de los beneficiados en la entrega de alimentos, fue David Chavesta, utilero del club Delfín y amigo del jugador. Barreiro contó que durante sus recorridos, en lo que usaba su auto, se protegía con mascarillas y guantes.

La falta de ingresos y la preocupación por estar lejos de su familia, lo motivaron a anotarse en un programa de vuelos humanitarios para argentinos varados en Ecuador, organizados por la embajada de su país.

Barreiro financió los trámites y el pasaje, coordinó junto a sus compañeros Matías García, Francisco Fydriszewski y al entrenador Rubén Darío Insúa, quienes también tenían planificado regresar a territorio gaucho.

“Ojalá que me llamen los directivos para conversar, no hablé con nadie todavía. Mi intención es regresar cuando todo esto termine, quiero cerrar el año con Liga, Ecuador me ha dado mucho”, dijo el deportista.

Esta es la segunda emergencia que afronta ‘Maxi’ en territorio nacional. La primera fue hace cuatro años, cuando el terremoto -que tuvo a Manabí como epicentro- lo sorprendió junto a su familia.

En esa oportunidad, fue el único extranjero de los clubes manabitas que se quedó en el país. Sin embargo, esta emergencia lo alejó de su familia, por lo que decidió estar con ellas.

El vuelo humanitario se realizó en un avión de la Fuerza Aérea Argentina. Una vez en su país, publicó un mensaje de agradecimiento al presidente de su país, por haberle brindado la oportunidad de regresar.

Con Liga de Portoviejo, Barreiro jugó 331 minutos en cuatro partidos de la LigaPro. En todos fue titular y sus registros son más altos que los que logró en el segundo semestre del año pasado, cuando dejó Aucas para irse al North East United de la India.

Barreiro le confesó a ÚLTIMAS que es fue una experiencia distinta a las que le ha tocado vivir en el fútbol. Vivía en un hotel y sentía la inequidad que había en uno de los países más poblados en el mundo. Además tuvo que cambiar la dieta a la que estaba acostumbrado. Dejó de comer carne de res por un tiempo.