placeholder
Las Últimas
19 de noviembre de 2019 09:55

Jaime Vargas les puso a correr a los ‘careteros’

En el Centro de Quito ya se venden los monigotes y las caretas para despedir al año. Jaime Vargas tiene hartos pedidos, también Lenín Moreno. Foto: Betty Beltrán / ÚN

En el Centro de Quito ya se venden los monigotes y las caretas para despedir al año. Jaime Vargas tiene hartos pedidos, también Lenín Moreno. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Betty Beltrán
(I)

A contrareloj. Los trabajadores de los locales donde se venden monigotes y caretas en el Centro Histórico de Quito están a dos manos. A última hora surgieron personajes que, de ley, los vecinos querrán quemar en el fin de año. Por ejemplo, a los personajes centrales de las manifestaciones de octubre.

Mientras se camina por el corazón de Quito, en varios negocios se nota este tipo de productos. En Alivsa no levantan cabeza, porque quieren dejar listos los monigotes de Jaime Vargas, dirigente de la Conaie.

Los que ya están en exhibición en la esquina donde funciona el negocio, Bolívar Oe6-145, entre Cuenca e Imbabura, son los de Lenín Moreno, presidente del país; Jorge Yunda, alcalde de Quito, entre otros.

Repartidos entre todos los rincones del negocio están caretas de los ministros María Paula Romo y Oswaldo Jarrín; los políticos Jaime Nebot, Cynthia Viteri…; y los infaltables: Rafael Correa, Abdalá Bucaram, Paco Moncayo…

No falta los personajes que alegraron el corazón a todo el país: Richard Carapaz, Glenda Morejón... Se suman los viejecitos, viudas, animales, diablos, payasos… Para escoger.

David Pozo, del local Alisvsa, cuenta que el proceso de elaboración de los monigotes, cabezas y caretas tiene su tiempo; los detalles son lo que más demora, también el secado.

Desde el 4 de noviembre se exhibe toda la producción para fin de año. Y ¿qué tal de precios? Pozo dice que la venta es por unidad, docena, ciento, miles. Se le acomoda el precio, depende de la necesidad.

En lo que son caretas y cabezas hay desde USD 1 hasta los 2,50. En cambio, en monigotes, entre USD 4 (pequeños) y USD 25 (grandes). Obviamente, como los quiteños son hábiles regateadores, añade Pozo, “al final el precio va a la baja”.

Pueden ir cualquier día de la semana, el negocio atiende desde las 08:00 hasta las 19:00, de lunes a domingo. Y estarán abiertos hasta la muerte del 31 de diciembre.

En el fondo del local está la fábrica. Allí, tres vecinos le dan fuerte al oficio de crear estos artilugios para despedir el año. Usan papel periódico, engrudo (hecho con harina y agua) y se hace en moldes de fibra de vidrio o de yeso.

El proceso en una careta demora entre cinco y 10 minutos, asegura Pozo. Y en un monigote, depende del tamaño, entre 15, 20 o hasta 60 minutos. El secado es lo que más demora, entre dos o tres días.

Ahí no termina la cosa, enseguida viene el tema de la pintada. A los muñecos primero se mete mano en el pantalón, luego en la camisa. Luego los zapatos y, por último, las manos. Una vez que todo esté seco, viene la decoración: botones, cinturón, lazo…

En todo el espacio del taller están los monigotes del Vargas, porque ya hay hartos pedidos. Es que la ilusión del vecino es quemarle al dirigente indígena.