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25 de abril de 2018 08:54

Conoció a sus rescatistas

Ayer fue a agradecer a las personas que le salvaron la vida el 2 de abril. Fotos: Diego Pallero / ÚN y cortesía

Ayer fue a agradecer a las personas que le salvaron la vida el 2 de abril. Fotos: Diego Pallero / ÚN y cortesía

María Belén Merizalde
(I)

Un hombre que cayó 25 metros desde un parapante pidió conocer a los bomberos que le salvaron la vida. Eduardo Queszpas, de 48 años, se encontró ayer, 24 de abril del 2018, por la tarde con los 16 héroes anónimos que lo rescataron.

El pasado 2 de abril del 2017, el hombre sufrió un severo accidente mientras hacía una práctica de parapente en Lloa, parroquia rural del Distrito Metropolitano ubicada en el suroccidente de Quito.

Un fuerte viento hizo que las alas del parapente se cierren y causen su estrepitosa caída. El hombre se precipitó aproximadamente 25 metros y quedó mal herido. Un sobrino lo acompañaba ese día y tras ver el accidente llamó inmediatamente al ECU 911.

Un total de 16 bomberos se movilizaron vía aérea y terrestre para poder rescatar a la víctima. Una vez que lograron sacarlo del lugar, lo trasladaron a una casa de salud para que se recupere.

Generalmente su trabajo concluye ahí, pues ellos no realizan un seguimiento de las personas que han rescatado, así lo comentó el capitán Esteban Cárdenas, jefe de operaciones del Cuerpo de Bomberos de Quito.

Sin embargo, en este caso, por un pedido que hizo el mismo Eduardo Queszpas, la situación fue diferente.

El día que los bomberos rescataron a Eduardo Quezpas, tras el accidente.

El día que los bomberos rescataron a Eduardo Quezpas, tras el accidente.

“Pasé un mes en el hospital recuperándome de todas las heridas y cuando salí, agradecí a los médicos y el personal del hospital por el trabajo que hicieron, pero me faltaba agradecer a quienes fueron los primeros en salvarme la vida”, comentó el hombre.

Su deseo de conocer a quienes participaron en el rescate se hizo realidad ayer por la tarde. En la estación de bomberos del parque Bicentenario se llevó a cabo el emotivo encuentro.

Una vela fue el regalo de agradecimiento que Queszpas llevó para cada uno de los bomberos que le salvaron la vida ese día.

“Es un detalle que no tiene valor económico, pero que significa mucho, porque gracias a ellos la luz de mi vida no se apagó”, mencionó el hombre.

Por su parte, los bomberos capitalinos le entregaron una placa de bombero honorífico, pues aseguraron que durante este año de recuperación, Queszpas ha demostrado mucha tenacidad. Hace tres meses dejó la silla de ruedas y ahora está ansioso de volver a recuperar por completo su movilidad.